Luego de una intensa labor de las dos compañías de bomberos de la ciudad de Pedro Juan Caballero y la colaboración de unidades de bomberos militares de Ponta Porã, el fuego pudo finalmente se controlado, no sin antes consumir plenamiente el depósito de la firma, que ardió intensamente por el hecho de tener elementos altamente combustibles en su interior.
El intenso fuego se inició a consecuencia del helicóptero que se precipitó a tierra, donde iban 12 ocupantes que resultaron con heridas leves. Tres civiles también sufrieron lesiones, pero más bien consecuencia de las llamas y el humo al intentar salvar algunos objetos cuando el depósito empezaba a quemarse.
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La labor de los bomberos se tornó complicada, puesto que si bien contaban con bocas hidrantes en el lugar, el tipo de elementos que entraron en combustión debía ser combatido con una espuma especial para tener una mayor efectividad que con el agua.