Esto principalmente se debe a que el agua que sale por los humedales del río Salado a aumentado considerablemente. En cambio, ha disminuido el caudal de los afluentes por la sequía y la colmatación de esos arroyos que desembocan en el espejo de agua.
Añadió que para disminuir el escurrimiento del agua, se ha colocado una cadena que sube y baja de acuerdo a necesidad, en la cuenca del Salado, con el objetivo de retener los camalotes y con ello el índice del caudal. Sin embargo, cazadores y pescadores furtivos sacan o levantan esa cadena e intervienen y perjudican el proceso.
El técnico mencionó que es necesario realizar una limpieza de los humedales del arroyo Yukyry y analizar seriamente la posibilidad de hacer un dragado tanto en el lago como en los cauces que se encuentran llenos de sedimentos.
El Ing. Fariña mencionó que la disminución del caudal, las altas temperaturas y los nutrientes son factores que favorecen altamente la floración de las cianobacterias, que tiñen de verde el lago Ypacaraí, por lo que en cualquier momento se podría tener nuevamente un “bloom” de cianobacterias.