En la sesión extraordinaria de esta siesta, la Cámara Baja mandó al archivo todos los pedidos de pérdida de investidura que quedaban pendientes para tres de sus integrantes, que cuentan con procesos abiertos en la justicia.
Con 39 votos por el rechazo, solo 20 a favor, siete abstenciones y cuatro que no votaron, la Cámara de Diputados salvó primero a Carlos Portillo, quien había sido grabado cuando solicitaba dinero a cambio de conseguir una sentencia judicial favorable.
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En el momento de su defensa, Portillo pidió a sus colegas que rechacen su destitución alegando la presunción de inocencia. “Nos encontramos ante un supuesto que a la fecha no ha sido constatada (sic), por consiguiente carece de sentencia judicial, convirtiendo a la solicitud de pérdida de investidura como improcedente”, expresó.
Luego se trató el pedido de pérdida de investidura del legislador colorado Tomás Rivas, quien corrió la misma suerte que Portillo. Fue salvado por 42 votos de sus compañeros, en el marco de sus “caseros de oro”, caso que recientemente fue elevado a juicio oral y público.
Rivas afirmó que ha presentado múltiples elementos de descargo que “demuestran que las filmaciones presentadas en medios de comunicación fueron editadas”.
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Aseguró que estas grabaciones no tienen fecha ni valor probatorio en un juicio. “Niego haber cometido delito alguno, niego que mis asistentes no cumplan una función. Los elementos de descargo están siendo analizados en el ámbito fiscal donde se demostrará mi inocencia”, aseveró.
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Para completar la nueva muestra de corporativismo en Cámara Baja, la mayoría en plenaria remitió al archivo el pedido de pérdida de investidura de Ulises Quintana (ANR), proceso por su supuesto vínculo con Reinaldo Cabaña, alias Cucho, investigado por narcotráfico.
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Durante su defensa, insistió en que la Fiscalía ha sido irresponsable en la investigación. “A un año de haberme privado de mi libertad por 10 meses, se da cuenta de que no existían tales imputaciones (...) Después de tanta persecuciones la Fiscalía no me acusa por narcotráfico internacional, por enriquecimiento ilícito. No me acusan por tráfico de influencias; quiere decir que no existe la chance o la posibilidad de que sea destituido por esa causal”, señaló.
“Después de tanta injusticia, me quedan dos supuestos hechos punibles, pero estoy seguro de que en días más voy a conseguir mi sobreseimiento definitivo. El golpe moral a mi persona es irreparable (...) Mientras no haya una sentencia firme y ejecutoriada, se presume la inocencia de un diputado”, añadió.
Una vez archivados los tres pedidos de pérdida de investidura, la Cámara de Diputados levantó la sesión extraordinaria.