“Cuidemos a nuestra gente, porque ellos nos hacen llegar, y hoy como nunca esta llanura gua’u... Mentira: no hay ninguna llanura para nosotros. Es un periodo donde estamos aprendiendo que el odio y el mal no nos llevan a ningún lado”, indicó el exmandatario en un discurso que hubiese servido más, por ejemplo, en el contexto de su intento de atropello a la Constitución que terminó con la muerte de Rodrigo Quintana, la noche del 31 de marzo y madrugada del 1 de abril de 2017.
La arenga se da justo en el momento en que los diputados cartistas volvieron a iniciar una campaña para tratar de forzar la Constitución y hacer jurar a Cartes como senador, pese al impedimento que le establece la Carta Magna, que dicta que todos los expresidentes de la República serán senadores vitalicios, con voz y sin voto.
“Nosotros le vamos a devolver como ustedes están acostumbrados”, agregó en la arenga a sus seguidores, algo que es preocupante, ya que en el grupo se encontraban algunos fanáticos violentos, como José Ocampos, quien como antecedente más reciente registra una irrupción violenta en una obra teatral porque consideraba que ofendía la figura del mariscal Francisco Solano López.
“A cada acción mala que nos hagan, nosotros vamos a salir con dos buenas. Ese es el regalo de cumpleaños que le pido a cada uno”, aclaró, por las dudas, el exmandatario, quien culminó su discurso visiblemente emocionado, con lágrimas en los ojos.
“Gracias por todo. Yo fui a rezar hoy. No pensé que iba a encontrar este hermoso regalo de parte de ustedes. Gracias por tanto, porque en el fondo de mi corazón (me llegó), está por parar ya", bromeó entre risas.
Patoteó en“Las locuras del mariscal”
Ocampos, quien aparece a espaldas de Cartes, es uno de los que el mes pasado irrumpieron en la sala durante una obra teatral en la Alianza Francesa, amenazando a los presentes y aterrorizando incluso al pequeño actor de la obra titulada “Las locuras del mariscal”.
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El grupo irrumpió con prepotencia en la sala teatral acusando de “antipatriotas” a los responsables de la puesta y no entraron en razón, pese a que se les aclaró que era una historia ficticia, que incluso tocaba de manera casi tangencial la figura de López.