La firma de la ampliación del acuerdo forma pare de los esfuerzos de ambas administraciones por estabilizar las relaciones antes del 20 de enero, cuando asuma la presidencia de Estados Unidos Donald Trump, que ha prometido ampliar los aranceles a las importaciones chinas.
El acuerdo, firmado por primera vez en 1979, se había renovado cada cinco años, incluso Trump lo hizo durante su primer mandato. Solo se dejó de ampliar el año pasado, cuando las relaciones entre ambas potencias estaban en su punto más bajo.
Aun así, el acuerdo se prorrogó entonces dos veces por seis meses hasta que los dos gobiernos se sentaron en la mesa para renegociar el pacto.
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El acuerdo “contiene nuevas disposiciones” fruto de meses de negociaciones, según declaró a los periodistas un alto funcionario de la administración estadounidense bajo condición de anonimato.
Según el funcionario de la administración, el nuevo texto refuerza las disposiciones sobre seguridad y resolución de disputas, además de aumentar las medidas de protección de la propiedad intelectual.
Estados Unidos restringe las exportaciones de tecnología a China, en particular de semiconductores, en un intento de reforzar su propia producción nacional.