La evolución y fuerza popular del Día de Muertos irrumpe en la FIL de México

Guadalajara (México), 6 dic (EFE).- La festividad de Día de Muertos es más que una muestra del folclor mexicano, es una mezcla de tradiciones locales que la hacen diversa, y a la vez, contemporánea, dijo este viernes a EFE, Déborah Holtz, editora de un libro acerca de esta celebración.

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“Lo que representa esta fiesta es tan potente, tan potente y tiene tantas aristas que da lugar a cientos de representaciones y esa plasticidad es lo que lo convierte en algo infinito”, dijo en entrevista luego de la presentación del libro en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

El libro ‘02.11. Día de muertos’ explica con textos, fotografías e ilustraciones cómo las y los mexicanos preservaron sus creencias prehispánicas mezclándolas con la iconografía religiosa, adaptándolas a sus tradiciones locales y a personajes icónicos para llegar a la festividad actual que se ha convertido en un atractivo turístico mundial.

Para Holtz, editora de Trilce Ediciones, el Día de Muertos no es solo la costumbre de un vistoso altar en las casas o los cementerios rodeados de la flor de cempasúchil y que las familias tengan la fe en que sus seres y mascotas queridos llegan del más allá, sino que hay muchas maneras de celebrar este día y mucha cultura de fondo.

Puso como ejemplo la celebración de ‘Los muertos nuevos’ en Malinalco, Estado de México, donde la gente representa con calacas el oficio o las actividades que realizaban quienes fallecieron en los 12 meses anteriores. O la costumbre de los habitantes de Pomuch, Campeche, quienes cada año exhuman y limpian los restos óseos de sus muertos.

“La manera en que se conmemora o se le da la bienvenida a los difuntos en Michoacán no tiene nada que ver con los del Campeche y los de Campeche no tienen nada que ver con (la festividad de) Sonora y así en cada lugar”, explicó.

La también gestora cultural consideró que en la última década la celebración de Día de Muertos sufrió una transformación en la que dejó de estar presente en la intimidad de las casas y los cementerios para volverse una fiesta pública de la que todos quieren ser parte con sus altares o sus disfraces de catrinas y catrines.

¿Qué pasó para que eso sucediera?, se preguntaron Holtz y el museógrafo Juan Carlos Mena, coeditor del libro. La respuesta sencilla estaba a la vista: películas como ‘Coco’, de Disney o ‘Spectre’, de la saga de James Bond fueron detonadoras para que Día de muertos se comercialice y la gente se apropie de la festividad.

Tras una investigación de 6 años y el trabajo de especialistas en antropología, periodismo, historia así como fotógrafos comisionados especialmente para ir a diversos sitios de México a documentar las tradiciones de este día, lograron armar un rompecabezas más complejo del que esperaban.

“Lo que nos fuimos dando cuenta fue que en las calles de México, en todos los pueblos, lo que pervive no es únicamente esa tradición y esas costumbres que vienen de siglos atrás, sino una mirada contemporánea a todo eso y eso es lo que nos fascinó”, dijo.

Sin caer en los clichés y lugares comunes, el libro logra explicar por qué esta celebración va más allá de la manera en que los productos culturales extranjeros la quieren describir.

“La respuesta es que es una tradición viva y que esa fuerza, esa potencia hace que se haya desdoblado en mil cosas imposibles y que la gente la ha hecho suya, es una fuerza popular que lleva hacia (el dios prehispánico) Mictlantecuhtli o a una imagen religiosa proveniente del catolicismo”, explicó.

Para llegar al mercado en Estados Unidos, el libro ha sido traducido al inglés y otra editorial lo distribuye entre el público de habla hispana en ese país donde las comunidades mexicanas Nueva York o Los Ángeles organizan festividades de Día de Muertos, una prueba de la viveza de esta tradición.

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