En su última declaración en este proceso ante el Tribunal de lo Criminal de Aviñón, Pelicot preguntó a los que se sientan en el banquillo a modo de reproche en qué momento le habían pedido permiso cuando la violaban.
"Siento rabia hacia estos hombres porque en ningún momento pararon, en ningún momento denunciaron. Vinieron a satisfacer sus pulsiones sexuales. Podían parar en todo momento y ni uno solo denunció. Eso llama la atención", denunció girándose hacia ellos y señalándolos con el dedo.
"La cicatriz no se cerrará nunca", dijo Pelicot, quien calculó que durante los casi diez años que se prolongaron los abusos organizados por su marido, Dominique, sufrió unas 200 violaciones.
"He perdido diez años de mi vida que nunca recuperaré", subrayó la víctima, que recordó que ahora tiene 72.
Denunció que desde que empezó el procedimiento judicial ha escuchado "cosas inaceptables", y que cuando tomó conciencia de la situación renunció a que el juicio se hiciera a puerta cerrada, como era su derecho, aunque "sabía a lo que me exponía".
Gisèle Pelicot ha indicado en repetidas ocasiones que decidió que las audiencias fueron públicas para que "la vergüenza cambiara de bando" y hoy insistió en que espera que "la sociedad, machista, abra los ojos y cambie su mirada sobre la violación".
Sobre el comportamiento de su marido, consideró que tenía una gran frustración sexual, pero como sabía que ella no iba a aceptar participar en clubes de intercambios de pareja, optó por drogarla "para hacer conmigo lo que quería".
Los hechos que se juzgan ocurrieron en la casa a la que los Pelicot se habían mudado al jubilarse en la localidad de Mazan, cerca de Aviñón.
Su marido entraba en contacto con otros hombres en una plataforma en línea dedicada a los encuentros sexuales y los invitaba a su domicilio una vez que había administrado a su mujer grandes dosis de ansiolíticos que la postraban en un estado de inconsciencia, lo que les permitía abusar de ella sin que guardara ningún recuerdo.
Dominique Pelicot grababa y tomaba fotografías de esas violaciones, documentos que se han convertido en los principales elementos de prueba de la acusación.
El presidente del tribunal decidió hacer esta mañana una breve pausa después de la que fue una de las intervenciones en la audiencia más duras desde el punto de vista emocional para Gisèle Pelicot, en particular por las preguntas que le hicieron abogados de la defensa.
Sobre todo las de Nadia El Bouroumi, que es la letrada de dos de los encausados, y que reprochó a la víctima que esté siendo relativamente indulgente con su exmarido y no con otros de los que se sientan en el banquillo.
El juicio está en su recta final. Tras la última declaración hoy de Gisèle y Dominique Pelicot está previsto que mañana miércoles comiencen los alegatos de los abogados de la acusación particular y la semana próxima será la Fiscalía la que solicite las penas para los acusados antes de la intervención de los abogados de éstos.
Béatrice Zavarro, la abogada de Dominique Pelicot, anticipó que en la última intervención de su cliente se puede esperar que aborde "las razones por las que pasó al acto" de las que ya se han desgranado "algunas pequeñas pistas" en los dos meses y medio que han pasado desde que comenzó el juicio.
“No se puede salir de esta audiencia con la frustración de no saber las razones por las que Dominique Pelicot actuó así”, subrayó Zavarro, que el lunes había manifestado su esperanza de que aclare por qué tenía también en sus archivos fotos de sus nueras y de su hija Caroline, quien sospecha que su padre la pudo drogar para abusar de ella, como hizo con su madre.