Xie pronunció hoy un discurso en el Foro de Hong Kong sobre las relaciones entre Estados Unidos y China en el que afirmó que "cualquier fuerza que quiera utilizar a Taiwán como carta estará jugando con fuego", advirtiendo de que las consecuencias de hacer eso serían "inaceptables para ambas partes".
El diplomático destacó que la cuestión taiwanesa es una línea roja en las relaciones entre Pekín y Washington, e instó a "respetar el principio de una sola China y los compromisos firmados" sobre Taiwán "en palabra, pensamiento y obra".
También pidió a Washington que se oponga "inequívocamente" a la independencia de Taiwán, isla que Pekín reclama como propia, para lograr una "estabilidad genuina" en el estrecho de Formosa.
Se trata de la primera vez que un funcionario chino de alto nivel habla sobre la relación bilateral desde que Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos.
En el mismo encuentro, Cui Tiankai, predecesor de Xie, reiteró que el territorio es "una cuestión innegociable para China".
"Es fundamental defender nuestros intereses y derechos legítimos para desarrollar y modernizar nuestra nación, así como proteger nuestro sistema político y vías de desarrollo. Por lo tanto, estas cuestiones, incluida la de Taiwán, no son realmente negociables", destacó.
El pasado jueves, el presidente chino, Xi Jinping, llamó al presidente electo estadounidense, Donald Trump, para felicitarle y pedirle que la relación entre ambas potencias sea "estable, sana y sostenible".
Las relaciones entre los dos países se deterioraron drásticamente durante la primera presidencia de Trump (2017-2021) con colisiones en planos como el comercial, el diplomático o el tecnológico y, ya con Joe Biden en la Casa Blanca, la tensión se reavivó con rifirrafes a cuenta de Taiwán o por las restricciones a las exportaciones a China de semiconductores y otra tecnología clave.
Trump ha nominado como secretario de Estado al senador Marco Rubio, que lideró en el pasado decenas de iniciativas contra China, incluidas algunas relacionadas con Taiwán.
En 2018, patrocinó un proyecto de ley para penalizar a los países que cortaran relaciones con Taipéi para establecerlas con China, en medio de una oleada de rupturas, en su mayoría por parte de países latinoamericanos.
También formó parte del grupo de legisladores estadounidenses que presentó en marzo del año pasado otro proyecto para preparar respuestas y medidas de protección ante un hipotético ataque de China contra Taiwán.
Si bien no mantienen relaciones diplomáticas formales, EE.UU. es el principal suministrador de armas de Taiwán y podría defender a la isla en caso de conflicto con China.