El texto, presentado en el tercer comité de la Asamblea, se titulaba 'Intensificación de los esfuerzos para prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital', y había sido presentado Francia y Holanda.
La resolución, que no tiene carácter consultivo (como todas las de la Asamblea) insta a los estados a tomar medidas que eviten esa violencia digital contra mujeres y niñas, y previo a su aprobación, la Asamblea rechazó diez enmiendas propuestas por distintos países que propugnaban un lenguaje más inclusivo y menos inclinado a "valores occidentales".
En justificación de su rechazo a la resolución, la diplomática argentina que habló en nombre de su país dijo que "la agenda feminista no debe confundirse con otros objetivos" y que "asociarla con la práctica de la violencia en países en desarrollo no se ajusta a las pruebas que muestran múltiples factores o causas de la violencia".
En esa misma comisión, Argentina volvió a distinguirse en la jornada de hoy en otras dos votaciones: fue uno de los seis únicos países que votaron en contra de otra resolución aprobada por una mayoría abrumadora (170 países a favor y 9 abstenciones) en favor de la autodeterminación del pueblo palestino.
Y posteriormente, fue no de los cinco países en votar contra otra resolución titulada 'Informe del Consejo de derechos humanos', aprobado en su caso por 111 votos a favor y 62 abstenciones. En esta última votación los 'compañeros de voto' de Argentina fueron países tan diferentes como Israel, Nicaragua, Rusia y Bielorrusia.
Ha sido con la llegada de Javier Milei a la Presidencia del país que Argentina ha comenzado a apartarse de algunos de los consensos más compartidos dentro de Naciones Unidas en temas tan diversos como el cambio climático, la Agenda 2030, los derechos sexuales y reproductivos o los conflictos en Oriente Medio.