La prohibición de circular a los automóviles en julio de este año por la calle del museo, el muelle de Hainaut que da al canal de Bruselas, debido al hundimiento de parte de ella, ha producido una bajada considerable en el número de visitantes que recibía.
"En julio se hundió el muelle y cerró el tráfico, así que hay que llegar al museo a pie o en bicicleta. De un día para otro tuvimos un descenso de visitantes, perdimos entre un 50 % y un 70 %”, dijo en una entrevista a EFE uno de los cofundadores de la institución cultral, Raphaël Cruyt.
Según Cruyt, las autoridades no pueden comunicarle a su museo y al resto de negocios afectados, entre ellos un hotel situado enfrente, el tiempo que necesitarán hasta que finalicen las obras porque "no hay soluciones milagro".
"Cuando hay obras en una calle, los comercios ven descender su volumen de negocio. Es cierto que pensábamos que un museo no pasaría por la misma experiencia que una tienda, pero es lo mismo", lamentó Cruyt.
Para el cofundador, este problema inesperado supone el fin de casi una década de dedicación al museo que se inició en 2016 con la idea de ofrecer al público artistas que "han crecido fuera del canal tradicional del arte contemporáneo".
La idea de la creación del MIMA surgió con el interés por los cambios producidos a principios de la década del 2000 con la "revolución de los medios de comunicación, los viajes de bajo coste, el comienzo de internet y la telefonía móvil", enumeró.
Los inicios del museo del Arte Iconoclasta del Milenio se desarrollaron con dificultades, su inauguración se retrasó debido a los atentados del 22 de marzo de 2016 en Bruselas que causaron 32 muertos y centenares de heridos, aunque eso no impidió que tuviese una buena acogida por parte del público.
El MIMA representó desde el inicio "una especie de mensaje de esperanza", ya que "en el complicado contexto de la época, hubo un gran movimiento en Bruselas en apoyo del museo porque la apertura de una galería en el barrio de Molenbeek, que había sido muy criticado en ese momento, era la primera buena noticia en mucho tiempo”, rememoró Cruyt.
En la pasada década, Molenbeek se convirtió en sinónimo de semillero de yihadistas. Al igual que Salah Abdeslam, único sobreviviente de los terroristas de los atentados de noviembre de 2015 en París, varios autores de los atentados del 22 de marzo de 2016 en Bruselas se criaron en esa comuna de Bruselas, de la que salieron también muchos para unirse al grupo Estado Islámico.
A pesar de su próximo cierre, el MIMA, en el que han expuesto un artista español conocido como 'Escif' y el hispanoargentino Felipe Pantone (Buenos Aires, 1986), obtuvo un gran éxito en el año 2019 en el que consiguió más de 60.000 visitantes.
Dicho éxito también se debió, según Cruyt, a que las exposiciones están destinadas a personas de todas las edades.
"Las exposiciones siempre se han diseñado de la misma manera que los videojuegos, es decir, el punto de entrada es muy básico pero luego la complejidad va aumentando. Siempre hemos imaginado los niños se divirtieran, que encontraran su propio camino y que los adultos también lo hicieran", señaló Cruyt.
De la misma manera se ha desarrollado la última exposición del museo, 'Multitude', obra del artista portugués 'Vhils' (Alexandre Farto, Lisboa, 1987), que explora la relación entre las personas y las ciudades a través de obras hechas a partir de vallas publicitarias, entre otros objetos urbanos.
"Es una exposición que plantea preguntas sobre la ciudad, sobre por qué vivimos en ella y aceptamos vivir una vida muy estresante en comparación con la montaña", señaló el cofundador del MIMA.
Cruyt cree que esta exposición será "la firma del museo en la ciudad" puesto que Vhilis ha creado para la exposición un mural en la fachada de un edificio de Bruselas ubicado detrás de la ópera de la Monnaie.
"Es una gran manera de terminar y recordar los increíbles años que hemos pasado aquí", señaló Cruyt acerca de la exhibición que se podrá visitar hasta el 5 de enero, cuando el museo cerrará sus puertas de manera definitiva.