En un informe con el que actualiza la situación en el estado de Al Yazira, donde una treintena de aldeas son blanco desde mediados de octubre de continuos ataques de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), OCHA avisó de que unas 135.000 personas han tenido que desplazarse, una considerable parte de ellas niños y mujeres.
"Hay informes de niños desplazados que han llegado con múltiples heridas debido a disparos", dice el documento, en tanto advierte de que "hay niños desaparecidos y no acompañados o separados entre las personas desplazadas, lo que les expone a la explotación".
Apunta que "se siguen recibiendo informes alarmantes de violencia sexual contra niñas y adolescentes, así como de algunos casos aún no verificados de mujeres y niñas que han sido víctimas de agresión sexual y violencia y que se han suicidado".
Las FAR, enfrentadas con el Ejército regular de Sudán en una guerra abierta desde el 15 de abril de 2023, iniciaron el 20 de octubre pasado una ofensiva contra decenas de localidades de Al Yazira, un estado que había acogido en los primeros meses de la guerra a cientos de miles de desplazados de otras áreas del país.
"Se han quemado o destruido cultivos y se han vandalizado sistemas solares que hacen funcionar los mecanismos de suministro de agua, lo que afecta la capacidad de las familias y las comunidades para acceder al agua para fines domésticos y agrícolas", añadió el informe.
Señaló que los desplazados "muchos" de ellos huyeron a pie, buscaron refugio en los estados de Kasala, Rio Nilo y Gedaref, donde en este último "los socios humanitarios informan de que más del 50 por ciento de los recién llegados son mujeres y niños".
El documento avisa no obstante que "la inseguridad y la falta de canales de comunicación estables están afectando la capacidad de las organizaciones humanitarias para recopilar información y datos sobre la situación en las áreas de Al Yazira que han sido objeto de violencia y ataques".
Desde su inicio el conflicto en Sudán ha provocado más de 23.000 víctimas mortales, según datos de Naciones Unidas, que elevó hace una semana a 14,1 millones el número de desplazados, de ellos 3,1 millones refugiados en otros países.