El balance sigue siendo de momento de 158 personas muertas (155 en Valencia; dos en Castilla-La Mancha y una en Andalucía) a causa del temporal y de las inundaciones más importantes del siglo, que han colocado este episodio como una de las catástrofes naturales más graves y desgarradoras de la historia en España.
Las cifras del evento superan ya el número de víctimas que produjeron otras catástrofes en España en el siglo XX como el desbordamiento del río Turia en Valencia en 1957; la rotura de la presa de Vega de Tera en Zamora en 1959; la rotura de la presa de Tous en Valencia en 1983; o la tragedia del camping “Las Nieves” de Biescas (Huesca), arrasado por un torrente de agua.
Los servicios de emergencia, a los que este viernes se sumaron otros 500 militares (300 del Ejército de Tierra, 100 del Aire y 100 de la Armada), se afanan en la búsqueda de personas que aún siguen desaparecidas y se vuelcan además en la apertura de viales para facilitar los accesos y en el reparto de ayuda de primera necesidad a la población.
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“La emergencia meteorológica no ha finalizado”
Desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) hoy se incidió en que la situación adversa no ha remitido, en que las intensas precipitaciones continúan y van a seguir durante todo el fin de semana, y en la importancia de consultar el tiempo y el estado de las carreteras antes de viajar.
Se da la circunstancia de que hoy, día 1, comienza el puente de Todos los Santos, con tres días festivos, que mucha gente en España aprovecha para viajar, sobre todo a sus lugares de origen.
Cinco regiones están todavía en alerta, y en el caso de Andalucía (sur), en su provincia de Huelva el aviso es de nivel “rojo” (riesgo extremo), debido a las lluvias torrenciales que se están registrando y que en algunos puntos pueden superar los 140 litros por metro cuadrado.
Las alertas “naranjas” (riesgo importante) se extienden a muchos lugares de Andalucía (sur), a la Comunidad Valenciana, a Cataluña y a Islas Baleares (estas regiones en el este), donde las precipitaciones van a ser muy abundantes y persistentes a lo largo del día y las acumulaciones de agua al cabo de las horas muy elevadas.
“Vamos a lanzar un mensaje muy claro y lo vamos a dejar fijado. La emergencia meteorológica no ha finalizado. La dana sigue sobre España”, publicó la Aemet-Comunidad Valenciana, y dejó fijado este mensaje en su cuenta de X.
Miles de personas llevan a pie la ayuda
Mientras los efectivos de emergencias y de rescate se vuelcan en la búsqueda de desaparecidos, en la apertura de vías para facilitar los trabajos y en el reparto de ayuda, las acciones de solidaridad protagonizados por los ciudadanos se suceden en las calles.
Miles de personas se desplazan a pie -atendiendo así la llamada a no usar los coches para no interrumpir los servicios de emergencia- desde el centro de Valencia hasta las localidades cercanas más afectadas por las inundaciones: van cargadas de alimentos, cubos, fregonas, palas y carros cargados hasta los topes, aprovechando el día festivo.
Más de cien carreteras siguen cortadas en Valencia, Andalucía y Castilla-La Mancha, entre ellas algunos tramos de vías principales, y miles de personas siguen sin agua ni luz, además de sin teléfono, y muchos vecinos se acercan hasta los lugares donde efectivos de emergencia reparten agua.
En Letur (Albacete), una de las localidades más sacudidas por la fuerza descomunal del agua, 200 personas de servicios de emergencia y voluntarios reanudaron la búsqueda de las cinco personas que continúan desaparecidas, ayudadas por diez perros de la Unidad Militar de Emergencias y de la Guardia Civil que rastrean el casco viejo del pueblo.
El servicio ferroviario de Alta Velocidad entre Madrid y Valencia está cortado y el Gobierno prevé recuperar su funcionamiento en dos semanas, ya que hay varios túneles que han sufrido daños muy importantes; la compañía aérea Iberia puso en marcha un plan de acción para facilitar el desplazamiento de las personas que lo necesiten.
Desde algunos de los ayuntamientos más afectados se hacen llamadas para ayudar con tractores, grúas, volquetes o grupos electrógenos, y algunas organizaciones de agricultores están pidiendo a sus asociados que saquen a la calle sus tractores para ayudar a apartar los coches que se acumulan en las vías y calles, para despejar el barro y para facilitar así el trabajo que están prestando los servicios de emergencia y miles de voluntarios.