"El optimismo ahora es difícil. Pero la resignación no lleva a nada. Tenemos que insistir en buscar otros caminos, es nuestra responsabilidad", dijo Barenboim en una entrevista, realizada por escrito, con el diario mencionado.
Barenboim, cuyas apariciones públicas se han reducido debido a una grave enfermedad neurológica, es fundador de la orquesta Divan Oriental-Occidental, un proyecto en el tocan juntos músicos árabes e israelíes y de la Academia Barenboim-Said, donde coinciden estudiantes de música de los dos mundos.
Según Barenboim lo que le da fuerza para seguir adelante es justamente la forma como los músicos trabajan juntos, que hace pensar que otro camino es posible.
"Cuando en los ensayos o en un concierto miro los rostros de los músicos y músicas me doy cuenta que ellos también se miran los unos a los otros y que se escuchan entre ellos, pese a todas sus diferencias. Hacen música juntos y entonces siento que es posible un camino distinto a la guerra y la destrucción", aseguró.
Barenboim, al comienzo de la entrevista, recuerda las sensaciones que tuvo tras la masacre perpetrada por la banda terrorista Hamás el 7 de octubre de 2023.
"Estaba conmocionado y triste como mucha gente. Naturalmente tenía claro que la situación había empeorado en los últimos meses y en los últimos años. El Gobierno israelí estaba en una grave crisis, muchos halcones determinaban el discurso, la situación de los palestinos empeoraba y no había perspectivas de mejora. Pero no esperaba un atentado terrorista de esa magnitud", dijo.
"La espiral de violencia, la escalada desde el 7 de octubre es una catástrofe. Para los rehenes, para sus familias, para las decenas de víctimas civiles en Gaza y en Líbano, para los palestinos en Cisjordania, para toda la región". añadió.
Pese a todo, Barenboim dice que procura mantener el diálogo en el marco de su trabajo con la orquesta. "Seguimos haciendo música juntos y reforzamos las ofertas de diálogo a nuestros músicos y músicas, invitamos conferenciantes, tenemos debates", explicó.