En un comunicado, el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán señaló que las embarcaciones navegaron de sur a norte a través del Estrecho, una vía marítima por la que frecuentemente transitan barcos militares estadounidenses y que Pekín reclama como propia.
“Durante el paso por el Estrecho, las Fuerzas Armadas taiwanesas monitorearon en todo momento las dinámicas del espacio aéreo y marítimo circundante, y la situación fue normal”, indicó la cartera castrense.
En un comunicado aparte, la Séptima Flota de la Marina de EE.UU. informó que el destructor clase Arleigh Burke USS Higgins -el cual está equipado con misiles guiados- y la fragata clase Halifax HMCS Vancouver de la Marina canadiense “realizaron un tránsito rutinario” por el estrecho de Taiwán a través de un corredor situado “más allá del mar territorial de cualquier Estado costero”.
El paso de estos buques “demostró el compromiso de Estados Unidos y Canadá con el principio de defender la libertad de navegación para todas las naciones”, de acuerdo al texto oficial, que recordó que los derechos y libertades de navegación “no deben ser limitados” en el estrecho de Taiwán.
“Estados Unidos rechaza cualquier afirmación de soberanía o jurisdicción que sea incompatible con las libertades de navegación, sobrevuelo y otros usos legales del mar y el aire”, sentenció la Séptima Flota.
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Maniobras militares de China
El tránsito del Higgins y el Vancouver tuvo lugar menos de una semana después de que China llevase a cabo unas nuevas maniobras militares cerca de Taiwán, un territorio gobernado de forma autónoma desde 1949 y considerado por Pekín como una provincia rebelde.
Durante estos ejercicios, China empleó un récord de 153 aeronaves, entre ellas cazas de combate, helicópteros y drones, y utilizó a su Guardia Costera para rodear por primera vez la isla principal de Taiwán.
El Gobierno estadounidense expresó en ese momento su “preocupación” por estas maniobras, subrayando que se trataba de unos ejercicios “injustificados” y que podrían hacer “escalar” la tensión en la región.
China ha recurrido a este tipo de maniobras en cinco ocasiones desde 2022, cuando llevó a cabo las primeras de este calibre en respuesta a la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, a Taiwán, que enfureció a Pekín y elevó la tensión en el Estrecho a límites inéditos en décadas.