“Europa se ha equivocado con el Cono Sur, pero se equivoca el Cono Sur si no reconoce que hay que buscar un sistema en que se premie a los alimentos que proceden de una mayor impecabilidad (ambiental)”, afirma el ministro, que participa este martes en la ciudad brasileña de São Paulo en el II Foro Latinoamericano de Economía Verde de EFE.
Valenzuela dice que no está de acuerdo con el “lenguaje” usado por el Mercosur, formado por Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia y del que Chile es país asociado, frente a la prohibición de la UE de importar productos agropecuarios procedentes de áreas deforestadas.
La inclusión de esta nueva exigencia ha hecho encallar las negociaciones de un acuerdo que lleva más de dos décadas sobre la mesa.
“No creemos en el feudalismo de atrincherarse frente a un desafío global urgente, no nos puede dar lo mismo que se estén quemando intencionalmente los bosques”, asegura, en referencia a la ola de incendios que vive la región.
El Gobierno del presidente chileno, el progresista Gabriel Boric, y la UE firmaron en diciembre del año pasado un acuerdo comercial después de una negociación en la que también hubo desacuerdos sobre la ambición de las metas medioambientales.
Valenzuela, en el cargo desde marzo de 2022, dice que, por ejemplo, Chile ya estaba impulsando los abonos orgánicos, pero que las exigencias europeas eran “asimétricas” y “desiguales”.
En ese sentido, el ministro apuesta por un sistema de “corresponsabilidad” basado en la confianza y con exigencias “recíprocas” entre América Latina y Europa.
“Es importante buscar avanzar en protocolos y en vigilancia, pero no criminalizar”, señala el miembro fundador del partido ecologista Federación Regionalista Verde Social, tras apuntar a la gran responsabilidad histórica de Europa como causante de la crisis climática actual.
Chile acaba de pasar por una sequía de 14 años, lo que ha forzado al sector agropecuario del país a hacer más con menos y a erigirse en ejemplo para otras economías con territorios áridos como Israel o Arabia Saudita.
“Normalmente tenemos cinco meses de sequía al año, por lo que el país se preparó”, dice, antes de citar programas de subvenciones para impermeabilizar canales de riego, entre otros.
Chile lidera en exportaciones mundiales de salmón y de algunas frutas, además de tener un potente sector vinícola con gran proyección en el exterior.
Consciente de que el cambio climático puede agravar las sequías, el Gobierno chileno se ha propuesto bajar el consumo de agua del sector agropecuario del 80 % al 70 % sobre el total de aquí a 2030.
Además de mejorar el uso del agua, Valenzuela apuesta por prohibir los plaguicidas más tóxicos y reducir la emisión de metano con cambios en la alimentación del ganado y en la producción de arroz.
Por otra parte, el ministro defiende que la agricultura también puede servir como “cortafuegos” ante los incendios y que el sector contribuye a la biodiversidad.