Lazzarini había presidido poco antes en Nueva York una reunión de alto nivel ministerial en la que participaron medio centenar de países -la mayoría europeos e islámicos-, como un evento paralelo de la semana de Alto Nivel de Naciones Unidas, tras varios meses en que la agencia ha estado bajo el ojo del huracán a resultas de la acusación de Israel de connivencia con Hamás y hasta de actividades terroristas.
Aquellas acusaciones, proferidas el pasado mes de enero, hicieron que la mayoría de los donantes congelaran sus fondos a la agencia, pero al no aportar Israel las pruebas de sus acusaciones, lentamente todos los países fueron reanudando su financiación excepto EE. UU., donde el Congreso prohibió al Gobierno dar fondos a la UNRWA al menos hasta marzo próximo.
La retirada de EE. UU. hizo que otros países se volcaran con la agencia, dijo Lazzarini, y destacó a los europeos, los árabes e islámicos -hoy por ejemplo Catar anunció 100 millones de dólares adicionales- y los contribuyentes individuales, pero Lazzarini recordó que "todo esto no compensa el déficit sufrido por la retirada de EE.UU., simplemente lo mitiga".
En este momento, la agencia -que ha perdido a 222 miembros víctimas de los bombardeos de Israel- tiene garantizada su financiación solo hasta fines de octubre, y faltan entre 60 y 80 millones de dólares para asegurar su funcionamiento hasta fin de año.
Lazzarini lanzó además un mensaje de tipo más político sobre los ataques "sin descanso" que sufre la agencia "tanto a nivel político como en las redes sociales", y quiso dejar claro que son, primero, un ataque contra el sistema mismo de Naciones Unidas y la comunidad internacional, y segundo, tienen como fin "arrancar a los palestinos del estatus de refugiado y debilitar así sus aspiraciones a la autodeterminación del pueblo palestino".
En cuanto a las acusaciones de falta de neutralidad, Lazzarini recordó que la UNRWA tomó nota de las conclusiones encargadas por la ONU a una comisión independiente para que estudiase su funcionamiento -la llamada "comisión Colonna"-, y desde entonces ha estado aplicando sus recomendaciones, por lo que la neutralidad está garantizada.
Destacó además la "eficacia" con que lleva a cabo su trabajo, expresada en la reciente campaña exitosa de vacunación de los niños de Gaza contra la polio, realizada en medio de un escenario devastador de guerra y que aún así ha logrado llegar al 90 % de niños gazatíes. Varios organismos de la ONU participaron en la campaña, pero las inyecciones fueron administradas por agentes de la UNRWA.
La ONU siempre ha defendido el trabajo de la UNRWA como "pilar del trabajo humanitario en Gaza" y en los territorios palestinos, pese a que los ataques contra esa agencia han continuado durante diez meses por parte de Israel, cuyo parlamento prepara una ley para calificar a la agencia de "organización terrorista".
"Si esa ley se aprueba, eso sería inconcebible -advirtió Lazzarini-, una decisión sin precedentes que abrirá la Caja de Pandora", pues el hecho de que un país miembro de la ONU califique de terrorista a una de sus agencias "será un factor de debilitamiento del sistema multilateral".