Durante una transmisión en vivo por la televisión pública de Venezuela, el mandatario socialista Nicolás Maduro informó que por decreto adelantaba la celebración de la Navidad, generando todo tipo de comentarios y reacciones. La oposición a su régimen, instaurado tras la muerte del presidente y exmilitar, Hugo Chávez (2013), tildó esta estrategia comunicacional como “delirante” con la finalidad de desviar la atención de los problemas reales ocasionados por la crisis política y social que vive el país, agudizada tras las elecciones presidenciales de julio pasado.
El anunció de ayer sería la cuarta ocasión en la que el mandatario, cuya reelección fue rechazada por numerosos países del mundo por falta de transparencia electoral, toma la decisión de anticipar las celebraciones de la Navidad.
La primera vez fue en 2013. Unos seis meses después del fallecimiento de Chávez -su padrino político- el gobierno chavista interino anticipaba las fiestas. En 2018 fue reelegido y durante ese período enfrentó varias crisis tras denuncias de pérdidas de las libertades fundamentales y una oposición que le hacía frente a su régimen. Comenzaba el éxodo de venezolanos que huyeron del hambre y la represión.
En octubre de 2020 anunció de nuevo el “adelanto” de la Navidad en pleno año de la pandemia, desde el 15 de octubre.
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Un año después y con la radicalización de su gobierno contra la disidencia promueve de nuevo anticipar la conmemoración católica del nacimiento del Niño del Jesús, que tradicionalmente se realiza en todo el mundo en diciembre. La agencia de la ONU para refugiados elevó en unos cinco millones los migrantes venezolanos, mientras el gobierno chavista imprimió presión sobre la disidencia, enviando al exilio a los principales líderes de las plataformas prodemocracia.
Tras las cuestionadas elecciones de julio pasado en las que se hizo reelegir -sin que el Consejo Electoral, controlado por el chavismo haya mostrado las actas electorales que respalden su victoria- Maduro recurre a la estrategia navideña para sacar de foco la presión internacional y las denuncias de fraude, así como multitudinarias manifestaciones en su contra exigiendo libertad para el país caribeño.