Los investigadores apuntaron en un comunicado que la organización criminal que estaba detrás de estas entidades no autorizadas por el Banco Central de Brasil creó cuenta clandestinas que permitían hacer transacciones financieras dentro de sistema bancario oficial “de forma oculta”.
Según la Policía, estas cuentas, que fueron utilizadas por organizaciones criminales y empresas con deudas, eran presentadas como “invisibles” al sistema financiero y, por tanto, “blindadas” contra órdenes de bloqueo y de rastreo.
Además de las cuentas, los bancos digitales investigados usaron máquinas de pago por tarjeta de crédito en nombre de empresas de fachada que no estaban relacionadas con los verdaderos usuarios para facilitar el lavado de dinero.
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Prisión preventiva
Alrededor de 200 agentes cumplen diez órdenes judiciales de prisión preventiva, siete de prisión temporal, así como 60 de búsqueda y registro en los estados de São Paulo y Minas Gerais.
Más allá de las detenciones, la Justicia también determinó la suspensión de actividades de 194 empresas que la organización criminal usaba para “disimular” las transacciones y el bloqueo de 850 millones de reales.
Los investigados pueden ser acusados de evasión de divisas, lavado de dinero, y crímenes de gestión fraudulenta de institución financiera, entre otros.