Se teme que corra la misma suerte que otras ciudades de la región de Donetsk, como Avdíivka, Márinka y Bajmut, que sólo fueron capturadas tras ser arrasadas por los bombardeos rusos.
En Pokrovsk continúan pagando con su vida personas en ataques rusos contra infraestructuras críticas y edificios residenciales, según las autoridades locales, que instan a los habitantes a marcharse cuanto antes.
"La situación no hace más que empeorar, no mejorará", argumentó Sergí Dobriak, alcalde de la ciudad, en un reciente discurso.
"Insisto: no lo retraséis. Marchaos mientras podáis hacerlo de forma planificada, empaquetad vuestras cosas, evacuad", subrayó.
Un total de 51 asaltos, más de un tercio del total en la línea del frente, fueron repelidos cerca de Pokrovsk en las últimas 24 horas, según el último informe del Ejército ucraniano.
Los combates cerca de Grodivka, a unos 10 km de sus suburbios, han sido especialmente encarnizados.
"Los rusos están atacando tanto a soldados como a civiles. Este lugar, lleno de vida hasta hace poco, está siendo destruido por bombas aéreas, no hay lugar donde esconderse", subrayó a EFE Yana Statna, una voluntaria civil que ayuda a los residentes locales.
700 habitantes muertos, más de 2.000 heridos
Varios miles de residentes abandonaron Pokrovsk y las localidades cercanas en la última semana, según las autoridades.
Se han anunciado trenes de evacuación adicionales a zonas más seguras del centro y el oeste del país.
Sin embargo, aunque temerosos, muchos se resisten a dejar atrás sus hogares y toda su vida.
Quedan unos 50.000 residentes en la ciudad y los municipios de los alrededores, cuya población anterior a la invasión era de 86.000 personas.
Se estima que casi 700 han muerto, mientras que más de 2.000 han resultado heridos en los ataques rusos registrados desde que comenzó la invasión.
Defensa acorazada
Hasta ahora, la intensidad de los asaltos rusos en la zona no ha cambiado tras el inicio de la ofensiva ucraniana en Kursk, según el teniente coronel Mikola Koval, portavoz de la 14ª Brigada de la Guardia Nacional Ucraniana 'Chervona Kalina'.
"Rusia se basa en constantes ataques de infantería que llegan en oleadas, de día y de noche, en grupos de hasta 20 soldados", dijo Koval a EFE, al señalar que las fuerzas rusas en la zona están bien entrenadas.
Es la superioridad numérica, creada por Rusia en la zona donde ha avanzado unos 30 kilómetros desde la captura de Avdíivka hace seis meses, lo que constituye el núcleo de su ventaja actual allí, según este oficial.
Heroísmo frente a superioridad numérica
En la mayoría de los asaltos, los rusos no utilizan tanques ni otros vehículos blindados, para evitar que sean destruidos por la artillería y los drones ucranianos.
"El heroísmo de nuestros soldados y una hábil coordinación ayudan a repeler los ataques", afirmó Koval, que señala, no obstante, que las necesidades de la brigada en munición de artillería son especialmente altas, debido al elevado índice de uso en el campo de batalla.
La capacidad de Rusia para lanzar cientos de potentes bombas aéreas contra las defensas y la logística ucranianas es otro factor importante más allá de sus avances, según los analistas militares.
Otros informes procedentes de la zona afirman que la presión de Rusia obliga a que algunas unidades ucranianas tengan que enviar a las trincheras a personal sin suficiente experiencia de combate para ayudar a la agotada infantería.
Sin la iniciativa pero bajo control
Aunque complicada y cambiante todo el tiempo, la situación no es "crítica", sostuvo Koval.
Él explicó que las fuerzas ucranianas sólo ceden posiciones gradualmente para preservar la vida de sus soldados mientras infligen grandes pérdidas al enemigo.
La situación cerca de Pokrovsk y Toretsk, el otro gran objetivo de Rusia en la región de Donetsk en estos momentos, "está bajo control", declaró el sábado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tras hablar con el comandante en jefe del ejército, Oleksandr Sirski.
Dadas sus bajas y la posible necesidad de enviar más fuerzas para comprobar el avance ucraniano en Kursk, Rusia podría verse obligada finalmente a disminuir su presión en la zona, sostienen los analistas militares ucranianos, mientras que los lugareños esperan que esto ocurra antes de que Rusia destruya su ciudad.