El alcalde de la capital de Sicilia, Enrico Trantino, dispuso además límites de velocidad de 30 kilómetros por hora para camiones, y pidió a los vecinos que depositen las cantidades de ceniza -procedentes del volcán Etna- que recojan en contenedores especiales cerca de las viviendas, informaron medios locales.
Hasta el momento, el Ayuntamiento de Catania ya ha recogido 1.500 toneladas de ceniza, más de un tercio de la cantidad que se estima que se ha depositado en las calles de la ciudad, que reabrió en la tarde de este martes su aeropuerto después de cerrarlo parcialmente por la intensa nube de cenizas, provocando cancelaciones y retrasos.
Desde hace semanas, el Etna mantiene una fuerte actividad volcánica, y el pasado 16 de julio expulsó una gran columna de cenizas de 6.000 metros de altura que también afectó a localidades cercanas, así como una gran colada de lava a una altitud de alrededor de 3.000 metros, desde el cráter Vorágine, el punto más alto del volcán.
Actualmente, las coladas de lava han cesado su actividad y se ha reducido la nube de cenizas que alcanzó este martes los 8.000 metros de altura y produjo una lluvia de cenizas en los municipios cercanos, según las mismas fuentes.
Muy cerca del Etna, también lleva varios días activo el volcán Estrómboli, en una pequeña isla en el mar Tirreno cuya población ha extremado la precaución, aunque está acostumbrada a este fenómeno dadas las frecuentes explosiones de ese cráter.