Al intervenir en la convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción, el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, defendió la determinación de dejar de destinar recursos del Estado nacional a obras que, a criterio del Ejecutivo, deberían ser afrontadas por las provincias, los municipios o el sector privado.
"La prioridad era llegar al equilibrio fiscal. (...) Recibimos unas 2.700 obras públicas, de las cuales la mayoría eran obras menores. ¿Qué tiene que hacer el Estado nacional haciendo esas obras? Esas obras las tienen que hacer los municipios o las provincias", afirmó el ministro.
A su juicio, el Estado nacional solo debe financiar obras "importantes que sirvan al desarrollo" del país.
La decisión del Ejecutivo de Milei de paralizar la mayoría de estos proyectos ha sido fuertemente criticada por los empresarios del sector de la construcción, quienes este martes denunciaron que su actividad atraviesa una "gravísima crisis", con la perdida de unos 100.000 puestos de trabajo.
También al disertar en la convención empresarial, el secretario de Obras Públicas de Argentina, Luis Giovine, precisó que, de un cartera total de 2.731 proyectos de obras públicas con financiación del Estado nacional, el Gobierno ha decidido dar de baja y no ejecutar 1.094 proyectos.
De los 1.637 restantes, el Gobierno nacional ya transfirió o planea traspasar a las provincias 914 proyectos.
Así, solo 723 proyectos quedarán en la cartera de inversión del Estado nacional, de los cuales 376, es decir un 14 % de los 2.731 proyectos originales, fueron definidos como de "alta prioridad" y con "inicio inmediato" de ejecución.
Las 347 obras restantes serán reprogramadas por no ser consideradas como prioritarias.