“El grafiti era lo que más resonaba en mí, porque el arte contemporáneo tiene un punto casi esnob, muy conceptual, que es lo que había estudiado en la Facultad de Bellas Artes”, dice en una entrevista a EFE.
“Hemos empezado a pintar paredes porque era donde veíamos que podíamos desarrollarnos, y sentíamos cierta hostilidad de las galerías, de las instituciones”, añade sobre el inicio de su actividad, que le llevó a pintar grandes muros en Italia, Portugal y Alemania.
Tras esa etapa de muralista, algo que palpita en él pero que, reconoce, no está bien pagado, dio al salto al lienzo, argumentando que es "el formato por excelencia del arte”.
El reto, afirma, es “poder llegar a todos los tejidos y poder ser comparado y estar en el mismo espacio que un pintor que está en la historia del arte” como Velazquez o Goya, asegura Aryz.
"La exposición Vestigio son todos esos cuadros con referencia a la historia del arte", resume el artista, nacido en Palo Alto (EEUU) y que vive y trabaja en el pueblo barcelonés de Cardedeu.
La obra que abre el ciclo 'Vestigio' sobre las huellas del arte es 'Los autónomos', donde hay referencias a algunas esculturas de Auguste Rodin, como 'Los Burgueses de Calais', obras de Velázquez, e incluso instantáneas de Jacques Leonard que, señala el artista, "fotografió mucho la comunidad gitana de Barcelona".
Hay otras obras, como 'Axis transversal' y 'Oblicuo externo', basadas en la anatomía, y que se inspiran en la controvertida exposición 'Bodies', inaugurada en EEUU en 2005, a partir de cuerpos donados por China, sin que a la fecha se halla clarificado el origen de esos cuerpos.
Arrizabalaga reconoce que "estos cuadros tienen muchas referencias al Barroco, y Praga es muy importante en términos de barroco", por lo que era importante “cerrar este círculo y presentarlo aquí”, algo que “tiene coherencia, más que presentarlo en EEUU.”, apostilló el artista.