Israel desarrolla una “cibercúpula”, su nueva defensa contra ataques informáticos

TEL AVIV. El sistema de defensa antiaérea israelí “Cúpula de Hierro” ha interceptado miles de cohetes desde su puesta en marcha en 2011. Pero, para defenderse de los ataques informáticos, especialmente de Irán, Israel desarrolla ahora una “cibercúpula”.

Cohetes lanzados por grupos radicales palestinos desde Gaza (der.), mientras se activa el sistema defensivo antimisiles israelí (izq.), conocido como Cúpula de Hierro, para contrarrestar el ataque.Archivo, ABC Color
audima

“Es una guerra silenciosa, que no se ve”, explica Aviram Atzaba, el jefe de la cooperación internacional de la Dirección Nacional de Ciberseguridad israelí. El organismo, con sede en Tel Aviv y que depende del primer ministro, se encarga de defender los sistemas de información del sector civil israelí, señala Atzaba.

Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza el 7 de octubre, se ha registrado un fuerte aumento de ciberataques por parte de Irán y sus “partidarios”, afirma.

Atzaba cita en particular al Hezbolá libanés y el movimiento islamista palestino. “Tratan de piratear todo lo que pueden, pero sin conseguir daños reales”, señala.

Ataques informáticos

Según él, se han frustrado cerca de 800 ataques importantes desde el 7 de octubre. Entre los objetivos de estas agresiones están el ejército israelí, infraestructuras civiles y organismos gubernamentales. También se piratearon los sistemas informáticos de dos hospitales israelíes en las ciudades de Haifa y Safed, en el norte del país.

Aunque Israel ya dispone de sistemas de ciberdefensa, durante mucho tiempo consistieron en “esfuerzos locales que no estaban conectados” , explica Atzaba.

Por eso, durante los últimos dos años, el organismo ha desarrollado un sistema centralizado para proteger a todo el ciberespacio israelí.

Irán, enemigo de Israel, apostó relativamente tarde por mecanismos de ciberguerra, apunta Chuck Freilich, investigador del Instituto israelí de Estudios de Seguridad Nacional.

Lo hizo después de dos acontecimientos clave, explica en el estudio “La ciberamenaza iraní” , publicado en febrero.

El primero fue el papel de Internet en el levantamiento poselectoral que sacudió la República Islámica en 2009. Además de reprimir el movimiento en la calle, las autoridades cortaron el acceso a las redes sociales y a las páginas webs que cubrían las protestas.

El segundo fue el ciberataque con el virus Stuxnet que golpeó el programa nuclear iraní en septiembre de 2010, atribuido por Teherán a Israel y Estados Unidos. El ataque provocó una serie de daños en las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio.

Desde entonces, Irán desarrolló una verdadera ciberestrategia y se convirtió en “uno de los Estados más activos en este campo”, explica Freilich. “Sus ataques buscan sabotear y destruir infraestructuras, recolectar datos para la inteligencia y difundir informaciones falsas con fines propagandísticos”.

Israel no se queda atrás. El país es considerado como una gran “ciberpotencia” y varios ataques contra objetivos iraníes le han sido atribuidos, como la avería informática que paralizó el puerto de Bandar Abás en 2020.

Pero Israel se enfrenta a un “enemigo temible” que seguirá mejorando, sobre todo gracias a la ayuda china y rusa, advierte Freilich.

El investigador también subraya que la población iraní es nueve veces mayor que la israelí y que Teherán forma cada vez más estudiantes en cibertecnología y jóvenes militares en técnicas de ciberguerra.

“Ciberterrorismo”

Aviram Atzaba cree sin embargo que el número de hackers es menos importante que la calidad de la tecnología y el uso que se le hace.

“Desde hace dos años, desarrollamos una cibercúpula contra los ataques informáticos, que funciona como la cúpula de hierro contra los misiles”, explica.

El sistema es “proactivo” y es capaz de centralizar datos dispersos para ofrecer una visión general de la amenaza y responder a ella de forma coordinada, describe.

“Los escáneres analizan continuamente el ciberespacio israelí para detectar vulnerabilidades e informar a los actores de la ciberdefensa de las formas de mitigarlas”, indica Atzaba.

“Algunas de las funciones de la cúpula cibernética ya están operativas”, subraya, añadiendo que existe una colaboración estrecha con numerosos países, como Francia o Estados Unidos. “Todos los Estados se enfrentan al ciberterrorismo”, justifica.

Lo
más leído
del día