En un comunicado, Defensa señaló que la deflagración fue producto de “un problema técnico vinculado al deterioro del tipo de armas explosivas antiguas junto a las altas temperaturas” registradas en el país, según determinó la investigación realizada por el cuerpo.
El incidente ocurrió a las 14:25 hora local del sábado (03:25 hora paraguaya) y dañó “gravemente” cuatro edificios del complejo militar, al tiempo que causó la destrucción de las municiones almacenadas en tres polvorines en el “tercer poblado militar” de la provincia suroriental de Kampong Seu.
Además un edificio de viviendas y otro de oficinas dentro del complejo militar quedaron dañados, así como 25 casas de lugareños que viven en las inmediaciones, resultaron dañados.
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Con esta declaración, el Ejército busca frenar las especulaciones vertidas por políticos opositores en el exilio que sugerían que la explosión fue producto de un ataque, en referencia al líder disidente, Sam Rainsy, quien reside en Francia.
Rainsy afirmó en Facebook que un grupo armado de disidentes antigubernamentales había causado la explosión, sin aportar pruebas que respalden su afirmación.
El Ministerio instó hoy a los camboyanos, medios y periodistas que "dejen de difundir información falsa" publicada por "personas que tienen la intención de incitar disturbios y afectar al orden y seguridad nacional".
Tras la explosión, el primer ministro, Hun Manet, anunció que su Gobierno dará una ayuda financiera de 20.000 dólares a los familiares de cada soldado fallecido y otra de 20 millones de rieles (cerca de 5.000 dólares) a los heridos.
Camboya, al igual que buena parte del Sudeste Asiático, vive en las últimas semanas una intensa ola de calor.