En los últimos meses más de 700.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, lo que ha elevado el número de desplazados a 7,2 millones, según un llamamiento conjunto firmado, entre otros, por los directores y coordinadores de Unicef, la oficina de la ONU para los Derechos Humanos o el Programa Mundial de Alimentos (PMA), informó este miércoles la ONU.
"Es fundamental garantizar que la ayuda suficiente llegue rápidamente y sin obstáculos a los civiles necesitados", urgieron los representantes en un texto firmado el martes.
Y denunciaron que el Plan de Respuesta Humanitaria de 2024 está "terriblemente infrafinanciado, con solo el 16 % de los 2.600 millones de dólares (unos 2.430 millones de euros) solicitados recibidos".
Los altos funcionarios también condenaron la situación de violencia sexual que viven algunas personas en los "campos de desplazados abarrotados", así como la exposición de los niños a secuestros, asesinatos, mutilaciones y reclutamiento por parte de grupos armados.
Los casos de violencia sexual aumentaron en 2022 y 2023, aunque la estigmatización y el miedo a represalias hacen que muchas de las supervivientes no lo manifiesten.
Por otro lado, más de 25 millones de personas, un cuarto de la población de la RDC, sigue teniendo dificultades para conseguir alimento, mientras que enfermedades como el cólera o el sarampión se propagan rápidamente, explicaron los expertos.
"Debemos intensificar nuestro apoyo al pueblo congoleño, especialmente a las mujeres y niñas (...). La comunidad internacional debe movilizar recursos adicionales para la respuesta humanitaria y el apoyo a las organizaciones de la sociedad civil, así como la voluntad política para poner fin de una vez por todas a la violencia", concluye el manifiesto.
Para abordar estas necesidades humanitarias en la RDC, el 20 de febrero se presentó el Plan de Respuesta Humanitaria 2024, que solicita 2.600 millones de dólares para ayudar a unos 8,7 millones de personas en todo el país.
Desde el pasado 1 de octubre, el grupo rebelde M23 ha avanzado por varios frentes hasta situarse a unos veinte kilómetros de Goma, que ocupó durante diez días en 2012 antes de retirarse por la presión de la comunidad internacional.
Los insurgentes han tomado el control de las carreteras principales que unen el resto del país con esa estratégica capital provincial, de más de un millón de habitantes y base de numerosas ONG internacionales e instituciones de la ONU.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco), que tiene prevista su retirada del país este año.
De hecho, este martes los cascos azules cesaron su actividad en la provincia de Kivu del Sur y solo permanecen en Kivu del Norte e Ituri, todas ellas en el este.