Francisco se saltó ayer la lectura de la homilía de la misa del Domingo de Ramos, que estaba preparada, y la incertidumbre creció en el Vaticano por algo inédito que sólo había ocurrido con Juan Pablo II en 2005 cuando ya estaba gravemente enfermo y ante los próximos ritos de la Semana Santa.
En los próximos días tiene prevista la misa crismal del Jueves Santo por la mañana; el lavado de los pies el jueves por la tarde, en la sección de mujeres de la cárcel de Rebibbia; el viernes la misa de la Pasión del Señor y por la noche el Vía Crucis en el Coliseo; la vigilia pascual del sábado por la noche y la misa de Resurrección y la bendición urbi et orbi del domingo.
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A pesar de que prefiere no leer los discursos para no cansarse mucho, la agenda para los próximos meses está llena, como la publicación de un documento de la Doctrina de la Fe con motivo del 75° aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, los trabajos preparatorios para el Sínodo y el Jubileo y los encuentros con sus cardenales consejeros.
Francisco recorrió la plaza de San Pedro en ‘papamóvil’ para saludar a los fieles y bendecir las palmas de esta celebración, pero apareció algo cansado y en el momento de la homilía decidió no pronunciarla y se hizo un largo silencio, informó EFE.
Un colaborador se le acercó para ofrecerle unas gafas, pero él le dijo que no, sin que desde el Vaticano se haya dado alguna explicación a esta decisión.
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En las últimas semanas, el papa ha preferido no leer los discursos y dejarlos a un colaborador debido a que se cansaba demasiado leyendo después de haber sufrido una gripe, como había reconocido, pero sí que pronunciaba los llamamientos al final de la audiencia general o en el ángelus.
Sin embargo no leer la homilía del Domingo de Ramos, aunque es una posibilidad prevista por los preceptos litúrgicos, nunca había sucedido.