Steiner, que se encuentra en São Paulo para asistir a una reunión del G20, aseguró que "ninguna entidad puede sustituir a la UNRWA en este momento" en la Franja, donde los bombardeos israelíes ya han matado a cerca de 30.000 personas, en su mayoría mujeres y niños.
“Hay 2,3 millones de personas que están al borde de la hambruna, que lo han perdido todo; necesitan apoyo y la UNRWA es la única organización que tiene la infraestructura y la capacidad para dársela”, declaró, antes de añadir que interrumpir sus operaciones llevaría al "colapso total" en la Franja.
Además, el funcionario dijo, en referencia a Israel, que "un país individual no puede determinar si un programa de Naciones Unidas opera o no opera" en un territorio, responsabilidad que él atribuye a la comunidad internacional en su conjunto.
Al mismo tiempo, Steiner reconoció que las acusaciones de terrorismo hechas por Israel contra 12 de entre los miles de empleados de UNRWA son “extremadamente serias” y recordó que la ONU ya ha abierto una investigación al respecto.
Por otro lado, el funcionario alertó de que el costo de la reconstrucción será “enorme”, ya que se estima que alrededor del 60 % de los edificios de este territorio palestino ha sido destruido después de cuatro meses de ofensiva israelí.
Un informe del PNUD calculó en noviembre que la economía de Gaza podía llegar a contraerse entre un 4 % y un 9 % en 2024 y que la pobreza podía aumentar entre un 20 % y un 45 %, en función de la duración de la guerra.
Sin embargo, antes de empezar a pensar en la reconstrucción, Steiner aseguró que la prioridad ahora es la respuesta humanitaria, en un momento en que “cientos de personas mueren cada día” y en que la ONU está cerca de declarar condiciones de hambruna en varias partes de Gaza.