Cerca de 35.000 casas y edificios sufrieron daños tras el sismo y muchas de las carreteras levantadas y bloqueadas que dejaron regiones temporalmente aisladas siguen en mal estado y causando problemas de comunicación, según el balance de daños más reciente publicado este lunes por la cadena pública NHK.
Más de 49.000 hogares carecen de agua corriente por los graves daños en las infraestructuras y un total de seis localidades de Ishikawa tienen suspendido el suministro, que se espera restablecer como pronto a finales de febrero.
Alrededor de 5.400 viviendas sufren cortes de electricidad, aproximadamente 3.000 de ellas en la ciudad de Wajima, 2.100 en Suzu, 190 en Noto, 80 en Anamizu y 10 tanto en Nanao como en Shika.
Según las últimas cifras oficiales, 15.656 personas permanecen en centros habilitados para la evacuación de víctimas tres semanas después del seísmo y no se prevé que la situación mejore pronto.
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Las condiciones en los refugios no son las idóneas a causa del temporal de frío, lluvias y nieve en la región, y la salud de algunos evacuados se está deteriorando, ante lo que el Ejecutivo nipón dictaminó que una de las prioridades ahora es evitar más muertes por causas derivadas del terremoto.
Hasta el momento se ha certificado que 14 de los fallecimientos no fueron directamente por el terremoto, pero sí por causas vinculadas al mismo, entre ellas deterioros de salud entre los desplazados.
Efectivos adicionales de asistencia fueron enviados días atrás a las áreas afectadas donde falta personal o el que hay está saturado, pero el cuidado de los desplazados es una cuestión que sigue preocupando.
En algunos centros se han ido propagando enfermedades infecciosas, sobre todo respiratorias y gastrointestinales, por lo que atender correctamente a los evacuados, que podrían enfrentarse a fuertes nevadas el miércoles, es indispensable para que se mantengan sanos.
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