En una nota emitida anoche explicó que la pausa de siete días en los combates permitió al PMA y sus socios cierta seguridad para ampliar las operaciones de ayuda.
"En ese tiempo, pudimos duplicar el número de puntos de distribución fuera de los refugios y entregar alimentos en lugares a los que había sido imposible llegar, incluidas algunas zonas del norte. El PMA llegó a aproximadamente 250.000 personas en sólo una semana", explicó el organismo de la ONU.
Con el fin de la tregua y los nuevos ataques "se hace casi imposible la distribución de ayuda y ponen en peligro las vidas de los trabajadores humanitarios" y "sobre todo, es un desastre para la población civil de Gaza, más de 2 millones de personas, cuyo único sustento es la asistencia alimentaria".
"Los trabajadores humanitarios deben tener un acceso seguro, sin obstáculos y sostenido, para que podamos distribuir asistencia vital en todo el territorio. Todas las partes deben cumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario", urgió el PMA.
Asimismo, recalcó que "sólo una paz duradera puede poner fin al sufrimiento y evitar la inminente catástrofe humanitaria en Gaza".
El PMA reiteró su llamamiento para "un alto el fuego humanitario e insta a todos los líderes a trabajar con la mayor urgencia para encontrar soluciones políticas que puedan poner fin al sufrimiento de las familias en todos los lados de este desgarrador conflicto".