El Europarlamento vota este martes crear una certificación frente al ‘greenwashing’

Estrasburgo, 20 nov (EFE).- El Parlamento Europeo votará este martes en Estrasburgo la creación de una certificación que estandarizaría a nivel comunitario la medición de la captura de carbono y combatiría así el ‘greenwashing’ -lavado verde de cara- en la compensación de este gas invernadero.

audima

“Muchas veces en Europa se centran más en ecosistemas del norte, como las turberas, y los humedales mediterráneos se quedan fuera”, señala a EFE Vanessa Sánchez, coordinadora del proyecto Life Wetlands4Climate (en español, "humedales por el clima") desde la Fundación Global Nature.

Esta iniciativa europea ha ensayado en las zonas húmedas de España una metodología de gestión de estos ecosistemas -que son los más amenazados del planeta- para rebajar su impacto climático negativo e incrementar el positivo que desde Fundación Global Nature esperan sirva a la comisión para poner en marcha la nueva certificación.

Cuando están en buen estado de conservación, los humedales pueden fijar carbono, pero “si están alterados pueden convertirse en emisores de gases de efecto invernadero”, recuerda Sánchez, que insta al Gobierno de España a que apoye este marco regulatorio "para que salga adelante y que estos ecosistemas también sean considerados en el mismo”.

De momento, el texto aprobado en la comisión de medioambiente del parlamento europeo sí contempla la gestión de los humedales costeros entre las actividades de ‘carbon farming’ (agricultura de carbono) con las que se podrá contabilizar oficialmente la captura y almacenaje de CO2.

Sin embargo, nada es definitivo hasta que la legislación pase por los trílogos, cuando, una vez el texto y sus enmiendas sea votado y aprobado en la Eurocámara, el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión inicien su negociación a tres bandas.

“La mayoría de proyectos de compensación de carbono se centran en los bosques”, señala por su parte el responsable de políticas públicas de Wetlands International, Mortiz Adam, quien también defiende que el foco del nuevo marco sean los humedales, en vista de su “inmensa” capacidad no sólo de almacenar CO2 sino de proveer además otros servicios ecosistémicos.

“Los humedales deberían tener un gran papel porque actúan como enormes sumideros de carbono”, aduce Adam, y su papel es "doble" una vez se puede proteger el carbono que está en el suelo del humedal, donde se puede quedar a largo plazo.

El marco, tal y como está planteado en la propuesta de la Comisión, recoge una serie de criterios con los que se medirá oficialmente la captura de carbono: como la capacidad de atrapar CO2 pero también de almacenarlo a lo largo del tiempo.

Se incluye además una obligación anual de asegurar que los resultados de la actividad en concreto que fija carbono continúan siendo positivos.

Cuánto tiempo deberá la actividad retener ese carbono que promete capturar la actividad dependerá de cada caso, pero en el más corto plazo la Comisión propone que los proyectos de captura de carbono demuestren que pueden retener este gas durante al menos cinco años, avanza a EFE desde la dirección general de Clima del ejecutivo comunitario, Giulio Volpi.

La certificación también contemplaría otros beneficios relacionados con la sostenibilidad, como por ejemplo que la actividad no derive en una “fuga de carbono” en terceros países, así como que favorezca la adaptación al cambio climático o el uso eficiente del agua y la mejora de la calidad de este recurso.

Una vez se apruebe el marco y entre en vigor, la Comisión planea desarrollar una metodología y empezar por la gestión de humedales, dado su “papel esencial” en la reducción de emisiones y en la absorción de carbono, explica Volpi.

El funcionario subraya además otros servicios ecosistémicos de los humedales, como la retención de agua, el aporte de nutrientes, y la contribución de los humedales al desarrollo sostenible, para incidir en que por ello -y por tratarse de ecosistemas “en riesgo”- son ahora “una prioridad”.

“Hay mucho ‘greenwashing’ (‘ecopostureo’) y una falta de confianza en el mercado sobre qué es una alta calidad en la captura de carbono”, arguye Volpi, para justificar que la Comisión haya decidido fijar un estándar europeo con el que promover y restaurar esa confianza.

Lo
más leído
del día