El nuevo descenso en la popularidad del líder japonés, quien nunca ha gozado de una sólida aceptación entre los nipones pese a su victoria electoral en los comicios generales de octubre de 2021 al frente del Partido Liberal Democrático, llega tras presentar esta misma semana un nuevo paquete de medidas para mitigar la inflación.
El conjunto de medidas, valorado en unos 17 billones de yenes (107.000 millones de euros), incluye desgravaciones fiscales y subsidios para hogares con bajos ingresos, aunque no ha bastado para aplacar el descontento generalizado entre los nipones por la continuada subida de los precios en el país.
Kishida es “diana” constante de las críticas de la oposición y de analistas políticos por su incapacidad para explicar con claridad su estrategia económica, bautizada por él mismo como “nuevo capitalismo” y percibida en muchos casos como errática y abocada a empeorar la salud fiscal del país sin terminar de favorecer el crecimiento.
Los medios nipones cuestionan cada vez más la capacidad de liderazgo de Kishida dentro de su partido, en un momento clave para el mandatario cuya legislatura expira en octubre de 2025 pero que un año antes deberá afrontar otras primarias dentro de la formación conservadora.
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