Según estas fuentes, la “operación especial” fue obra del propio SBU en cooperación con la Armada ucraniana.
Doce aviones de combate rusos, entre ellos cazas Su-24 y Su-30, y un sistema de misiles antiaéreos Pantsir estaban estacionados en el aeródromo en el momento del ataque, que habría alcanzado sus objetivos y provocado graves daños a equipamiento militar ruso. La base también albergaba un centro de entrenamiento para el manejo de drones.
Los drones habrían sido utilizados para distraer y mantener ocupadas a las defensas aéreas rusas. A continuación se habrían disparado los misiles Neptun, según lo explicado por las fuentes del servicio de espionaje ucraniano a Ukrainska Pravda.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado del derribo de más de veinte drones ucranianos sobre Crimea y el Mar Negro.
Ucrania ha intensificado en las últimas semanas los ataques con drones, aéreos y náuticos, y con misiles, contra objetivos militares rusos en Crimea. Según Kiev, estos ataques han logrado destruir aviones, helicópteros, submarinos y buques rusos, además de sistemas de misiles antiaéreos y otro equipamiento militar.
Fuentes del propio SBU ya reivindicaron ayer un ataque contra personal y sistemas militares rusos en un puesto de mando de la Flota Rusa del Mar Negro cerca de Sebastopol. El ataque habría tenido lugar el miércoles por la mañana.