La idea de “desglobalización”, históricamente defendida por los movimientos antiglobalización, volvió a cobrar fuerza ante la profunda desorganización de las cadenas de producción vinculadas a la guerra en Ucrania y los confinamientos en China, vinculados a la pandemia de covid-19.
En su informe anual sobre el comercio mundial, los economistas de la Organización Mundial del Comercio abogan por la “reglobalización” en un contexto en el que, según ellos, “los primeros signos de fragmentación comercial amenazan con ralentizar el crecimiento y el desarrollo”.
Durante varias décadas, la expansión del comercio internacional superó el crecimiento del PIB mundial, pero “esta tendencia de alguna manera se detuvo en el momento de la crisis financiera mundial de 2008-2009 y, desde entonces, se ha estancado”, explicó el economista jefe de la OMC, Ralph Ossa, en una entrevista con AFP.
Después de esta fase de desaceleración de la globalización (‘slowbalization’ en inglés), la cuestión es saber “si estamos avanzando hacia una fase de desglobalización”, dijo.
El informe muestra que las tensiones geopolíticas están comenzando a tener un impacto en los flujos comerciales en todo el mundo.
El informe también muestra que hubo un aumento de las tensiones comerciales en la OMC, incluido un fuerte aumento de las “preocupaciones comerciales” planteadas por los países ante varios comités.
Otro motivo de preocupación, según el economista jefe de la OMC, es la aparición de los “primeros signos de desacoplamiento” en las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos.