“La realidad es que no estamos en el buen camino (...). Las emisiones globales (de gases contaminantes) están en sus máximos niveles y siguen creciendo”, lamentó el alto funcionario, al intervenir en el tercer y último día de la cumbre, que arrancó este lunes en la capital keniana.
El encuentro se celebra de manera paralela a la Semana del Clima de África, organizada por las Naciones Unidas entre el lunes y el viernes de esta misma semana.
Si la temperatura del planeta sigue subiendo, alertó Hart, "los impactos aumentarán, y ya estamos siendo testigos de cómo estos impactos afectarán desproporcionadamente a los países y las regiones como África que han contribuido el mínimo a la crisis climática".
El asesor señaló que para hacer posible la transición energética en los países desarrollados se requieren "condiciones propicias a nivel global", como "el acceso a financiación asequible a gran escala, acuerdos de comercio justo, el alivio de la deuda, el acceso a tecnologías (y) la reforma de la arquitectura financiera internacional".
Asimismo, exigió que los países ricos "cumplan sus promesas" financieras.
“El secretario general (de las Naciones Unidas, António Guterres) tiene la intención de que todos rindan cuentas”, zanjó.
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Este miércoles, al final de la cumbre, en la que participan más de veinte jefes de Estado y de Gobierno africanos, así como líderes de organismos internacionales, de otras regiones del mundo y representantes del sector privado y de la sociedad civil, está prevista la adopción de la “Declaración de Nairobi”, que busca articular una posición común africana para diferentes foros globales.
Así, los líderes de África quieren construir una perspectiva unificada frente a la cumbre del clima COP28 en Dubái prevista para finales de año, la Asamblea General de la ONU, el Grupo de los Veinte (G20, bloque de economías ricas y en desarrollo) o las instituciones financieras internacionales.