La maratoniana y singular reunión del presidente de Francia, Emmanuel Macron, con líderes de la Asamblea de Francia, que comenzó a las 15.00 hora local (13.00 GMT), tuvo lugar en la Casa de Educación de la Legión de Honor, un centro educativo reservado a las hijas de personas que han sido condecoradas por los poderes públicos y que se encuentra en SaintDenis, una populosa ciudad limítrofe con París con una alta proporción de población de origen inmigrante.
Con esta iniciativa, Macron busca superar el bloqueo político que sufre el país desde su reelección en mayo de 2022, cuando su partido liberal perdió la mayoría absoluta en la Asamblea francesa y quedó pendiente de otras fuerzas hostiles al proyecto presidencial.
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No ha habido casi filtraciones de estas largas reuniones, en las que se prohibió la entrada de teléfonos móviles y que culminaron con una cena que se extendió hasta la madrugada.
Postura de la Ultraderecha con relación a Macron
Se da por hecho, eso sí, que, como gran novedad, el presidente discutió la posibilidad de recurrir a referendos en varias cuestiones aún por detallar.
Tanto el ultraderechista Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional) como la Francia Insumisa (LFI) son fervientes partidarios de ese método democrático para dilucidar cuestiones de Estado como la inmigración y la edad de jubilación, respectivamente.
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“No he venido para ser una muleta del jefe del Estado”, aclaró a su llegada al encuentro el líder de la Agrupación Nacional, Jordan Bardella, mano derecha de Marine Le Pen, quien está centrada en su labor opositora en la Asamblea Nacional.
Postura de la izquierda con relación a Macron
Bardella señaló que la inquietud de su partido es saber cómo los ciudadanos van a lograr llegar a fin de mes y cómo puede combatirse la inseguridad.
También la izquierda, agrupada en la marca electoral Nupes, que incluye a la Francia Insumisa, ecologistas, socialistas y comunistas, se mostró muy reticente antes de la reunión, que se planteó boicotear.
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“Venimos sin ilusión, pero con determinación”, aseveró Manuel Bompard, líder del LFI fundado por el incombustible Jean-Luc Mélénchon.
Tensión por reforma de pensiones
Bompard lamentó la falta de escucha de parte de Macron y recordó el tenso episodio de la reforma de las pensiones, aprobada en marzo sin el aval de la Asamblea y que creó una oleada inédita de huelgas y protestas.
Los otros líderes de la Nupes, la ecologista Marie Tondelier, el socialista Olivier Faure y el comunista Fabien Roussel también llegaron al encuentro con altas dosis de desconfianza y sin apenas expectativas.
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Para Faure, esta reunión está destinada a que Macron alcance un acuerdo con Los Republicanos (derecha clásica) dirigidos por Éric Ciotti, cuya gran preocupación es la inmigración.
Referendos, desafíos internacionales y simplificación
Además de los referendos, que como novedad podrían redactarse sobre varias cuestiones en vez de sobre una sola, la reunión gravitó sobre los desafíos internacionales y las consecuencias para Francia; una simplificación de la administración, descentralización y propuestas de reformas de las instituciones.
El último punto, según la redacción del gabinete de Macron, es “asegurar la cohesión de la nación uniendo a las francesas y los franceses en torno a una base republicana común”. Eso incluye discusiones sobre la educación, la integración y “el respeto a la autoridad”, dos meses después de la oleada de violencia urbana desatada por la muerte a disparos de un policía del adolescente Nahel.
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Macron fue reelegido en mayo de 2022 para un segundo mandato de cinco años, pero un mes después, en las elecciones legislativas, se quedó sin mayoría absoluta en la Asamblea Nacional y configuró un Gobierno liderado por la primera ministra, Élisabeth Borne, que tiene muchas dificultades para sacar adelante sus iniciativas.