Kishida envía ofrenda al controvertido santuario Yasukuni en aniversario de guerra mundial

Tokio, 15 ago (EFE).- El primer ministro japonés, Fumio Kishida, realizó este martes una ofrenda ceremonial al santuario Yasukuni de Tokio, fuente de fricción con países vecinos por sus vínculos militaristas, en el 78 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.

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La ofrenda, como en otras ocasiones, consistió en el envío de un árbol "masakaki" en su nombre como jefe de Gobierno, un gesto que los primeros ministros japoneses vienen repitiendo desde hace años con motivo de fechas importantes o por los festivales de primavera y otoño, y que China y Corea del Sur ven con desaprobación.

En Yasukuni se honra a los caídos por Japón entre finales del siglo XIX y 1945, más de 2,4 millones de personas, entre las que figuran 14 políticos y oficiales del ejército imperial condenados como criminales de guerra de clase A tras la Segunda Guerra Mundial.

Ningún jefe de Gobierno japonés en funciones ha visitado el santuario después de que Shinzo Abe se personara para realizar la ofrenda en diciembre de 2013, desatando críticas dentro y fuera del país que motivaron el comienzo del envío de las ofrendas.

La ofrenda de esta ocasión coincide con la conmemoración hoy, 15 de agosto, de la emisión del mensaje del emperador Hirohito de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, que marcó el fin del conflicto, tras los bombardeos atómicos a Hiroshima y Nagasaki.

China y Corea del Sur, países que sufrieron agresiones bélicas de Japón, han venido expresando sus quejas por los homenajes oficiales en Yasukuni a causa de viejas heridas abiertas del colonialismo.

Se espera que Kishida evite visitar el santuario, sobre todo después del acercamiento que su país ha tenido con Seúl bajo el gobierno del presidente Yoon Suk-yeol.

Japón y China conmemoraron el año pasado, por su parte, el 50 aniversario de la normalización de sus relaciones diplomáticas, aunque sus relaciones no se encuentran en su mejor momento, principalmente por su disputa territorial en torno a las islas Senkaku, administradas por Tokio pero reclamadas por Pekín, que las denomina Diaoyu.

Mientras que los primeros ministros se han abstenido de visitar Yasukuni, es frecuente que grupos de parlamentarios vayan al santuario en fechas marcadas, incluso algún ministro o destacadas figuras políticas, suscitando interés a nivel diplomático.

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