El jefe de Estado brasileño se ha mostrado muy crítico en los últimos meses con las “exigencias” medioambientales que la Unión Europea (UE) adjuntó al acuerdo comercial que alcanzó con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) en 2019.
Esas nuevas garantías verdes, que los Veintisiete quieren incluir y que Lula tildó de “amenazas”, han vuelto a paralizar el proceso de ratificación del acuerdo, que se negocia desde hace casi un cuarto de siglo.
“No es Brasil, Colombia o Venezuela los que necesitan dinero, es la naturaleza”, que “está necesitando que ellos paguen su parte para recomponer lo estragado a lo largo de 200 años de desarrollo industrial”, dijo Lula al cierre de la segunda y última jornada de la Cumbre de la Amazonía, que se celebra en la ciudad brasileña de Belém.
El mandatario progresista condenó también las “medidas proteccionistas disfrazadas de preocupación ambiental por parte de los países ricos”.
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Asimismo, adelantó que los países amazónicos, junto con República del Congo, República Democrática del Congo e Indonesia, dueños también de grandes bosques tropicales y que hoy participaron en la Cumbre Amazónica ampliada, irán a la COP28, que se celebrará en noviembre en Dubái, con un mensaje claro para el “mundo rico”.
“Les diremos que si quieren preservar lo que exigen de selva, es necesario poner dinero, no solo para cuidar las copas de los árboles, sino también para cuidar el pueblo que está debajo, que quiere trabajar y estudiar”, manifestó.
Antes, en la sesión plenaria, Lula exhortó a los países en desarrollo a no “aceptar un neocolonialismo verde que, bajo el pretexto de proteger el medioambiente, impone barreras comerciales y medidas discriminatorias, y desconsidera marcos normativos y políticas nacionales”.
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Efectos de un modelo colonial
En una nueva crítica al mundo desarrollado, Lula comentó que los países que poseen selvas tropicales, como los amazónicos, “heredaron del pasado colonial un modelo económico depredador”, basado “en la explotación irracional de los recursos naturales, en la esclavitud y en la exclusión sistemática de las poblaciones locales”.
“Los efectos son sentidos por nuestros países hasta hoy”, manifestó en el marco de la cumbre de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), que hoy fue ampliada a países con grandes superficies de selva tropical.
En este sentido, destacó que “no se puede hablar de bosques tropicales y cambio climático, sin tratar la responsabilidad histórica de los países desarrollados”.
“Fueron ellos los que, a lo largo de los siglos, más dilapidaron recursos naturales y más contaminaron el planeta. El 10 % más rico de la población mundial concentra más del 75% de la riqueza y emite casi la mitad de todo el carbono lanzado a la atmósfera”, citó el mandatario brasileño.