Berlín reacciona con más controles a la violencia en las piscinas

Berlín, 15 jul (EFE).- Las peleas violentas en piscinas públicas de Berlín y otras ciudades de Alemania han convertido algunos de esos espacios de recreo en ámbitos de enfrentamiento y un reto para las administraciones locales, mientras el canciller Olaf Scholz respalda la intervención de la policía.

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Este sábado, con temperaturas superiores a los 30 grados en la capital alemana, se empiezan a aplicar una serie de medidas anunciadas por el alcalde gobernador de Berlín, Kai Wegner.

Todo el que quiera entrar a una piscina tiene que registrarse, bien al comprar la entrada a través de internet o bien en la taquilla si decide comprarla espontáneamente y al acceso sólo será posible mostrando un documento de identidad.

Esa medida tiene por objeto hacer más fácil prohibir la entrada de todo aquel que en el pasado haya protagonizado actos violentos en las piscinas.

Los controles está mañana -justo en el que ha sido hasta ahora el día más caliente del año- se notaban en que las colas para ingresar a las piscinas eran especialmente largas, lo que la gente parecía tomar con cierta paciencia después de los debates de los últimos días. Otra medida es la observación de vídeo para aumentar la seguridad.

El caso más grave fue el del Columbiabad, en el barrio de Neukölln, que fue temporalmente cerrado debido a una gran parte de los empleados se dieron de baja por enfermedad, lo que se debió, según dijeron en una carta abierta de varios de ellos, a que no soportaban más la tensión que había en la piscina.

No solo ha habido enfrentamientos entre bañistas, sino que estos han degenerado en ocasiones en peleas colectivas contra los socorristas que intentan intervenir.

"La acumulación de incidentes y el comportamiento de algunos bañistas representan para nuestros trabajadores una carga extrema que a la larga no es soportable", dijo el director de las piscinas públicas de Berlín, Johannes Kleinsorg.

Desde el Gobierno federal, la ministra de Interior, Nancy Faeser, propuso tener policía dentro del perímetro de las piscinas, a lo que el alcalde de Berlín reaccionó con escepticismo y propuso, en cambio, tener comisarías móviles cerca de aquellas en las que se han presentado problemas para que pueda haber intervenciones rápidas en caso necesario.

La mayoría de los incidentes ha ocurrido en piscinas situadas en barrios que, como Neukölln, son considerados desde hace mucho como lugares que por diversas razones tienen un gran potencial conflictivo.

Eso ha llevado a que en torno al problema de las piscinas se aborden otros temas como el de la integración, déficits educativos que llevan a un aumento de la disposición a la violencia por parte de jóvenes o la gentrificación.

El tema estuvo incluso en la conferencia de prensa estival del canciller Olaf Scholz, quien se manifestó a favor de la acción de la policía ante incidentes en las piscinas públicas y destacó también la función social que estas tienen.

"Las piscinas públicas son parte clave de nuestra infraestructura, son importantes especialmente para familias de escasos recursos que no se pueden permitir ir de vacaciones y tienen en ellas una posibilidad para pasar el tiempo libre en verano", dijo.

Con el inicio de la obligación de presentar documentos la ultraderecha ha querido sacar provecho de la situación y en la red circulan comentarios según los cuales en las piscinas berlinesas hay controles más rigurosos que en las fronteras de la UE.

Todo apunta a que el debate, que ha sido recogido por toda la prensa de circulación nacional, continuará durante el verano y se asociará a otras discusiones relacionadas con la migración o la reducción de personal en el servicio público que ha habido durante años.

El plan de reabrir la piscina del Columbiabad este fin semana no ha podido realizarse y la reapertura se ha aplazado para el lunes.

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