La amenza secesionista serbia dispara la tensión en Bosnia tres décadas tras la guerra

Snezana StanojevicBelgrado/Banjaluka, 6 jul (EFE).- La amenaza secesionista que Milorad Dodik, líder de los serbios de Bosnia, dirige desde hace años contra ese país surgido de la guerra civil de hace tres décadas, ha debilitado sus instituciones y elevado la tensión étnica.

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Bosnia-Herzegovina está conformada por dos entes autónomos -la República Serbia y la Federación común de musulmanes y croatas-, pero también tiene instituciones centrales, según el Acuerdo de Paz de Dayton que en 1995 puso fin a tres años y medio de guerra.

La última iniciativa de Dodik para desvincular el ente serbio de las instituciones centrales fue vetar por ley, la pasada semana, las decisiones del Tribunal Constitucional bosnio.

El alto representante internacional para Bosnia-Herzegovina, Christian Schmidt, usó sus amplios poderes para anular esa ley por "violar directamente el orden constitucional bosnio y el Acuerdo de Paz de Dayton".

También impuso una enmienda al Código Penal para criminalizar los intentos de ignorar el Constitucional y las decisiones del alto representante.

El desafiante Dodik, abiertamente prorruso y aliado del presidente de Rusia, Vladímir Putin, rechazó las decisiones y amenazó con más pasos para impedir el funcionamiento de las instituciones centrales en el ente serbobosnio e incluso con un referéndum de independencia.

Dodik no reconoce la legitimidad de Schmidt, cuyo nombramiento no fue confirmado en el Consejo de Seguridad de la ONU por falta de apoyo de Rusia y China.

AÑOS DE AMENAZAS

Dodik amenaza desde hace una década con abolir el Constitucional bosnio si no son retirados los tres magistrados extranjeros que forman la corte junto con dos jueces serbobosnios y cuatro del ente musulmano-croata.

Su reciente veto al Alto Tribunal llegó después que éste decidió tomar decisiones sin la presencia de los jueces serbobosnios, uno jubilado y el otro a punto de retirarse, sin que haya planes de sustituirlos, lo que bloquea el funcionamiento de la institución.

Dodik asegura que esa decisión favorece a lo que, opina, es un intento por parte de los musulmanes de centralizar más el país, en detrimento de la autonomía serbobosnia.

La analista Tanja Topic, de la Fundación Friedrich Ebert, considera que durante años "Dodik cruzaba las líneas rojas ante las tibias reacciones" de Occidente.

"La comunidad internacional expresaba su preocupación pero, en realidad, ha permitido que 30 años después de la guerra Bosnia-Herzegovina se halle en la situación de plantear la cuestión de su superviviencia", explica Topic a Efe.

EL FUTURO DE DODIK

"Los últimos actos de Dodik han sido la gota que colmó el vaso", asegura.

La tensión ya había aumentado en 2021 cuando Dodik anunció que recuperaría para el ente competencias del poder central, incluido el ejército, el poder judicial y el sistema fiscal.

Aunque Estados Unidos y el Reino Unido le han sancionado por socavar las instituciones bosnias, él ha mantenido sus amenazas y gestos secesionistas.

"En el discurso público, Dodik siempre se refiere a la República Serbia como Estado y, de esa forma, ha ido creando un ambiente de hostilidad entre los ciudadanos hacia el Estado de Bosnia-Herzegovina y de inexistencia de esa identificación", señala Topic.

Schmidt advirtió de que "todas las opciones están abiertas", lo que no excluye una eventual destitución del presidente del ente serbobosnio.

Pero Topic considera que Schmidt "pasó la patata caliente" a la Fiscalía como institución central para que reaccione en caso de nuevas violaciones de las leyes.

Según la analista, una eventual destitución de Dodik no causaría grandes protestas en el ente serbobosnio.

REFERENDUM

La posibilidad de organizar un referéndum de independencia serbobosnio parece difícil, según Topic.

"Cualquier referéndum sería volver a jugar con fuego y, sin duda, causaría un nuevo conflicto en Bosnia-Herzegovina", indicó.

En caso de una escalada de tensión, señaló que las tropas de paz de la OTAN se desplegarían en el país de conformidad con el acuerdo de Dayton.

El pasado diciembre, la Unión Europea (UE) concedió a Bosnia-Herzegovina el estatus de candidato al ingreso, pero pocos pasos se han dado para aplicar las reformas necesarias en un país donde los políticos nacionalistas de los tres pueblos llevan décadas sin superar sus discrepancias.

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