El empresario fue trasladado en horas de la mañana a la Base Aérea Militar de Montevideo en donde abordará un vuelo chárter que lo llevará a la capital paraguaya.
En Paraguay, la familia Peirano adquirió en 1989 el Deutsche Bank, que pasó a denominarse Alemán, así como las financieras Fondos de Inversiones Guaraní, Velox Inversiones, Sociedad de Bolsa y Garantías, Planeamiento Financiero y Pensiones.
Dos países, Argentina y Paraguay, se disputaban la extradición del exbanquero. Ante la primera sentencia de la Justicia uruguaya, la defensa Peirano Basso interpuso un recurso de casación, bajo la premisa de que la extradición debía ser en la República Argentina, en base al criterio de que el "delito más grave" había sido en ese país.
La SCJ uruguaya decidió el pasado 27 de abril que el recurso era "inadmisible" en tanto se trata de "una sentencia interlocutoria simple y, como tal, no es pasible de ser impugnada" mediante este recurso.
Sin embargo, la defensa de Peirano pidió a la Justicia de Paraguay que desestime su interés de enjuiciar en Asunción a su defendido y que, en cambio, se realice una audiencia telemática.
Así lo informó el jurista Guillermo Duarte Cacavelos, uno de los abogados del exbanquero en Paraguay, quien además aseguró que el procedimiento penal en contra de su cliente ya tiene un dictamen desde la Fiscalía paraguaya que “básicamente recomienda que esta causa se extinga”.
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"Lo que Corte de Uruguay dice, o resolvió, es que si Paraguay seguía interesado en extraditarlo, pues que venga. Y nosotros lo que vamos a plantear es que Paraguay no tenga ese interés", explicó Duarte.
Quiebra de un banco
En junio de 2013, la Justicia uruguaya condenó a tres de los cuatro hermanos Peirano Basso a penas de entre 6 y 9 años de prisión por la quiebra del Banco de Montevideo en 2002, si bien no ingresaron en prisión porque ya pasaron allí de forma preventiva entre 2002 y 2007.
Esa condena estableció que los banqueros "llevaron a cabo actos dirigidos a ocultar o hacer desaparecer total o parcialmente el patrimonio" del Banco Montevideo, transfiriendo fondos a bancos de su propiedad en las Islas Caimán y Argentina, incrementando el riesgo de quiebra de la entidad "más allá de lo razonable".
Esta estafa bancaria, de unos 800 millones de dólares, desató una crisis de confianza en el sistema financiero de Uruguay en 2002, la peor en la historia del país.
Los banqueros fueron detenidos en agosto de 2002 junto con su padre Juan Peirano, quien falleció en la cárcel en 2003 mientras esperaba juicio, y su hermano mayor, Juan Peirano Basso, que huyó a Estados Unidos -país que lo extraditó a Uruguay en 2008- y está siendo juzgado por otro tribunal.