"Del lado del Mercosur están trabajando en ese instrumento adicional y estamos a la espera de recibir esa propuesta. Esperamos que se haga cuanto antes y de manera concreta una contrapropuesta, que no ha de ser el documento perfecto sino un documento de trabajo para ir avanzando en las próximas semanas. Eso sería lo ideal", dijo Méndez a su llegada a un Consejo de Comercio de la Unión Europea en Bruselas.
A cinco semanas de que España asuma la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea y a menos de dos meses de la cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Méndez consideró que "julio sería un buen momento para ver algún anuncio" respecto a este instrumento, que por la parte comunitaria está preparando la actual presidencia sueca del Consejo, precisó.
"La situación, entendemos, ha cambiado también mucho del otro lado del Mercosur y tenemos por ejemplo en Brasil un gobierno muy implicado y comprometido con la defensa del medio ambiente. Si realmente el diálogo es honesto y estamos hablando de medio ambiente, la alternativa de no tener un acuerdo con el Mercosur es mucho peor", advirtió la secretaria de Estado, que consideró que el acuerdo comercial "nos da la palanca para colaborar entre iguales".
Pese a las reticencias a la ratificación del acuerdo por cuestiones medioambientales de países como Francia o Países Bajos, Méndez se mostró convencida de que hay "una amplia mayoría de países que quieren mover este acuerdo".
Además, confió en la cumbre UE-Celac como "un momento importantísimo por lo que tiene también de foro político a la hora de hacer anuncios y de ver un impulso decidido a un acuerdo que desde el punto de vista económico, es el más importante que la Unión Europea ha negociado jamás".
Pese a que el texto del acuerdo UE-Mercosur se cerró en 2019, el ministro irlandés, Simon Coveney, insistió a su llegada a la reunión de ministros comunitarios en que la principal preocupación de su país se sigue centrando sobre todo en los productos agrícolas y la carne de vacuno, y “en garantizar que no se produzcan trastornos comerciales significativos para nuestro producto, que se vende en toda la Unión Europea”.
Recordó que Irlanda es el mayor exportador de carne de vacuno del hemisferio norte y que aspiran a “una negociación justa que tenga en cuenta la preocupación irlandesa”, pero también “el interés estratégico” tanto de su país como de la UE.
Otros asuntos que preocupan, dijo, son “la deforestación, el clima y las cuestiones ambientales”, y pidió “encontrar una manera de llegar a un acuerdo que pueda tener sentido para ambas partes”.
“Fatiga es una buena palabra para definirlo”, afirmó por su parte el ministro finlandés, Ville Skinnari, sobre las dificultades de la UE para ratificar acuerdos comerciales bilaterales.
A propósito de ello, el titular francés, Olivier Becht, aseguró que los acuerdos comerciales son "positivos cuando tienen en cuenta los nuevos criterios de la Comisión, tanto para proteger a las personas como al planeta".
Indicó que es necesario que estos tratados tengan en cuenta las normativas internacionales sobre la lucha contra el trabajo forzoso y el trabajo infantil, el dumping social, el acuerdo climático de París "como cláusula esencial" o el nuevo reglamento de lucha contra la deforestación.
Los acuerdos "deben poder avanzar sin poner en peligro nuestras propias industrias, y pienso en particular en las industrias agrícolas, por lo que debemos estar totalmente vigilantes en este punto", aseguró Becht.