"Durante los últimos tres años, las comunidades se han visto obligadas a tomar medidas extremas para sobrevivir, con millones de niños y familias abandonando sus hogares por pura desesperación, en busca de alimentos y agua", señaló en un comunicado el director de Unicef para el este y el sur de África, Mohamed Fall.
"Esta crisis ha privado a los niños de lo esencial de la infancia: tener comida suficiente, un hogar, agua potable e ir a la escuela", añadió.
Si bien las lluvias de los últimos meses están permitiendo al Cuerno de África salir de la peor sequía que ha registrado esta región durante desde hace cuarenta años, más de 1,9 millones de niños aún están en peligro de morir "por desnutrición grave", indicó Unicef.
Además, las lluvias intensas han generado inundaciones graves, después de que el suelo reseco no pudiese absorber ese agua, lo que ha desencadenado una nueva oleada de desplazamientos y de pérdida de cultivos, escuelas y casas.
Sólo en Somalia, las inundaciones han obligado a cerca de 219.000 personas a abandonar sus casas.
Asimismo, en Etiopía, donde ya existen alrededor de 100.00 personas desplazadas por las inundaciones, los expertos temen la posible expansión de un brote de cólera registrado en el país.
Así, Unicef calcula que 23 millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia padecen "altos niveles de inseguridad alimentaria aguda".