"La situación de Sudán desde el 15 de abril es catastrófica. Necesitamos encontrar maneras de llevar ayuda al país y distribuirla entre los necesitados", señaló Griffiths a través de su cuenta de Twitter.
Así, Griffiths pidió a los bandos del conflicto en Sudán que protejan a los civiles y la infraestructura civil, garanticen el paso seguro de los civiles que huyen de las zonas con hostilidades, respeten a los trabajadores y a los bienes humanitarios, faciliten las operaciones de rescate, y respeten a los trabajadores sanitarios.
"Mi mensaje es inequívoco", aseguró este alto funcionario de la ONU.
La llegada de Griffiths a Nairobi se ha hecho pública un día después de que el secretario general de la ONU, António Guterres, anunciase que su jefe humanitario se desplazaría "inmediatamente a la región" tras un "deterioro rápido" de la crisis humanitaria en Sudán.
"La escala y la rapidez de lo que está pasando no tiene precedentes en Sudán. Estamos extremadamente preocupados por el impacto inmediato y a largo plazo sobre todo el pueblo de Sudán y la región amplia", indicó Guterres en un comunicado.
En Jartum y otras regiones de Sudán, escenarios de fuertes combates durante las últimas dos semanas entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), prevalece este lunes una calma tensa tras una nueva tregua de 72 horas anunciada por las partes con la mediación de Estados Unidos y Arabia Saudí.
Los enfrentamientos estallaron el pasado día 15, en medio de tensiones sobre la reforma del Ejército y la integración de los paramilitares en las fuerzas regulares, en un proceso político para volver a encauzar al país en la senda democrática tras el golpe de Estado de 2021.
La violencia ha provocado que la mayoría de hospitales en las zonas de combates hayan quedado fuera de servicio, una acuciante escasez de productos básicos, el desplazamiento de decenas de miles de personas y, según la ONU, más de 50.000 sudaneses han huido como refugiados .en alguno de los siete países vecinos.
Asimismo, al menos 528 personas han muerto y más de 4.500 han resultado heridas desde el inicio de los combates, según el Ministerio de Salud sudanés.