Como parte del plan, la Administración y la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) han presentado esta semana dos de los seis trenes que se incorporarán en el segundo semestre a la flota que une Santiago con la ciudad de Chillán, ubicada 400 kilómetros al sur. Las nuevas máquinas, capaces de alcanzar una velocidad de 160 kilómetros por hora, reducirán el tiempo de traslado de cinco horas a tres horas y 40 minutos.
La ruta Santiago-Chillán es uno de los dos servicios interregionales de Chile y la única red de larga distancia que opera con regularidad. Su flota actual de seis trenes, que alcanzan una velocidad de 140 kilómetros por hora, ya la convierte en la más rápida de Sudamérica. El segundo lugar lo ocupa el servicio argentino que une Buenos Aires con Mar del Plata, que tarda cinco horas y 36 minutos en recorrer 414 kilómetros de distancia, según cifras entregadas por EFE.
Una inversión de US$ 70 millones
La estatal ferroviaria, que depende del ministerio de Transportes, invirtió US$ 70 millones en seis trenes de alta velocidad fabricados por la empresa constructora China Railway Rolling Stock Corporation (CRRC). La adjudicación del proyecto se realizó durante el Gobierno de derecha de Sebastián Piñera en 2020. Una particularidad de las máquinas es que pueden cambiar de energía eléctrica a diésel de forma automática. Hasta ahora, los trenes chilenos funcionan con diésel o son eléctricos.
A comienzos de marzo llegaron los dos primeros trenes al puerto de San Antonio, en la región de Valparaíso, cercana a Santiago. Ahora están siendo sometidos a un proceso de calibración y pruebas que se extenderán por seis meses. Está previsto que comiencen a operar durante el tercer y cuarto trimestre de este 2023. Los cuatro trenes restantes llegarán a Chile a mediados de año. El plan es que a medida que se vayan incorporando, vayan reemplazando los trenes actuales de la ruta Santiago-Chillán, que se destinarán a otros servicios.
Menor costo de mantenimiento
Desde el Ministerio de Transportes aseguran que las mejores prestaciones de circulación y el menor costo de mantenimiento de la nueva flota permitirá ofrecer 12 servicios diarios, duplicando la oferta actual. Según sus proyecciones, una vez que los seis trenes de alta velocidad estén operativos, el número anual de pasajeros aumentará de 315.000 a 800.000.
El presidente del Directorio de EFE, Eric Martin, sostuvo en la presentación de los dos nuevos trenes que “no pueden verse por sí solos”. “Son parte de un proyecto que considera la recuperación de sus 12 estaciones, el mejoramiento del estándar de la vía y un moderno centro de mantenimiento”, aseguró en la maestranza de ferrocarriles San Eugenio, ubicada en el municipio de Estación Central de la capital, que debe su nombre al histórico lugar desde donde salían los trenes cuando en Chile tenían un lugar protagónico en el traslado de pasajeros.
Viajes con más paradas
El ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz, añadió que las máquinas “más rápidas y modernas” de esta zona del mundo ofrecerán diferentes servicios. Unas estarán destinadas a viajes con más paradas, lo que permitirá conectar no solo a las capitales regionales, sino también a ciudades intermedias como San Javier, San Carlos o Parral, donde en 1904 nació el poeta Pablo Neruda.
La modernización del trayecto ferroviario Santiago-Chillán se enmarca en el proyecto Trenes para Chile, que continúa el plan trazado por el Gobierno de Piñera en 2019, cuyo objetivo nacional para 2027 es triplicar la cantidad de pasajeros transportados, hasta 150 millones, y duplicar la carga, a 20 millones de toneladas. El uso del tren en Chile ha sido disparejo a lo largo de su historia. Vivió un auge en 1972, en el Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, pero durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) desaparecieron más de un tercio de las vías férreas. Desde los 2000 se han fortalecido los tramos suburbanos, aplazando el anhelo de que un tren una el país sudamericano, pero impulsando su uso. En 2023, EFE trasladó 55,9 millones de pasajeros, su máximo histórico.