Denominada "Amistad social: encuentro en el jardín", se desarrollará en los espacios expositivos y en el exterior del monasterio benedictino, situado en la isla del mismo nombre en medio de la laguna, y en el que "se invitará a los visitantes a cuidar el planeta como nos cuidamos a nosotros mismos y a celebrar la cultura del encuentro", explicaron este martes en la presentación.
Un tema que se inspira en las enseñanzas que el papa Francisco extraídas de sus encíclicas 'Laudato si' (2015) y 'Fratelli tutti' (2020), que a su vez se convertirán en una guía del recorrido expositivo.
El responsable del pabellón vaticano, el cardenal José Tolentino de Mendonça, y el comisario Roberto Cremascoli destacaron la presencia de la figura de Álvaro Siza (ganador del Premio Pritzker en 1992), junto con el colectivo italiano Studio Albori.
Del prestigioso arquitecto portugués, de 90 años, se expondrá la instalación 'O Encontro' que "da la bienvenida al visitante y lo conduce, en un diálogo entre las figuras diseñadas por el maestro, a los espacios exteriores" gracias a "grandes presencias, cuyas geometrías y dinamismo de movimiento aluden plásticamente a la valiente visión social del papa".
"Su sugerente interacción crea un movimiento incesante, hecho de pausas y sorpresas, culminando hacia el último monolito y guiándonos hacia el jardín", añadieron.
Estas instalaciones pretenden responder al tema "El laboratorio del futuro", propuesto por Lesley Lokko, la comisaria general de la 18 edición de la Bienal, que se inaugurará el próximo 20 de mayo.
"La necesidad del encuentro y de la solidaridad, esta ha sido mi intención", dijo Siza durante la presentación sobre su proyecto "en el bellísimo monasterio".
La nueva conformación del jardín, diseñado por el Studio Albori, propone una parte a la sombra, gracias a pérgolas de madera y bambú, y otra al aire libre, entre nuevas plantaciones.
"Toda la madera es reciclada y vive una segunda vida, como la segunda oportunidad que se quiere dar a los lugares, las culturas y los seres vivos. Concebido como un espacio al alcance de todos, permite caminar entre el huerto, el gallinero, el almacén de semillas y las zonas de descanso, en una práctica de reconocimiento y contemplación", explicaron desde el Studio Albori.
"Un escenario material y espiritual que acerca a la vida cotidiana del monasterio benedictino, a la Regla benedictina, abriendo la posibilidad de un diálogo contemporáneo con esos espacios emblemáticos de la tradición arquitectónica", añadieron.