La nave rusa despegó en la madrugada desde Kazajistán y traerá de regreso a dos astronautas rusos y uno estadounidense.
La EEI constituye uno de los pocos espacios de cooperación restantes entre Moscú y Washington desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, iniciada hace un año.
La nave de reemplazo MS-23 despegó sin personas a bordo desde el cosmódromo de Baikonur, según una retransmisión de video en directo de la NASA, que opera la ISS junto a la agencia espacial rusa Roscosmos.
El despegue y la puesta en órbita de la nave “se desarrollaron con normalidad”, indicó Roscosmos, quien prevé que se amarre a la estación espacial el 26 de febrero.
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El lanzamiento de este aparato estaba inicialmente previsto para mediados de marzo para transportar un nuevo equipo de tres personas hacia la ISS.
Pero finalmente partió vacío para devolver a los tres astronautas bloqueados: los rusos Serguéi Prokopiev y Dmitri Petelin y el estadounidense Frank Rubio.
En ausencia de tripulación para reemplazarles, la misión de los tres se extendió hasta septiembre, aunque en principio tenían que volver a finales de marzo. En total, pasarán un año en el espacio, en vez de seis meses.
La EEI
Además de los tres miembros de la tripulación llegados a bordo de la Soyuz, la EEI cuenta actualmente con otros cuatro pasajeros, miembros de la misión Crew-5 y llegados con una cápsula Dragon de SpaceX en octubre de 2022.
La empresa estadounidense debe mandar el lunes a la estación a sus cuatro reemplazos de la misión Crew-6: dos astronautas de la NASA, uno emiratí y un cosmonauta ruso.
Tras una transición de varios días, Crew-5 volverá a la Tierra.