“En ese escenario de notorias urgencias, la forma moralmente más repulsiva de actuar es dejar morir a la gente cuando se tiene en las manos la facultad política de pacificar y cambiar el rumbo trágico de estos días”, señaló la Defensoría de Perú en un pronunciamiento titulado “En defensa de la vida y la democracia”.
El organismo agregó que el Ejecutivo y el Legislativo “pueden hacerlo”, ya que “cada día que pasa, la vida de alguien está en peligro, y la democracia -ese gran anhelo republicano- se va deshaciendo ante nuestros ojos”.
El pronunciamiento se conoció un día después de la muerte de un manifestante en las protestas antigubernamentales en Lima y antes de que el Congreso evalúe este lunes si reconsidera una votación que el viernes rechazó la posibilidad de aprobar elecciones generales anticipadas para octubre próximo.
En su declaración, el organismo sostuvo que “la muerte de personas en protestas no es ‘costo social’ ni ‘daño colateral’. Es una afectación irremediable que sume en un dolor profundo a las familias, y profundiza las grietas emocionales y culturales entre todos nosotros”.
La Defensoría señaló que "nunca será suficiente defender los derechos humanos en el Perú" y que también está "para recordar y recuperar el sentido ético de la función pública y de la conducta ciudadana, en cuyo centro está y estará siempre la vida humana".
Este sábado, un manifestante, identificado como Víctor Santisteban, murió tras resultar herido en los enfrentamientos que se presentaron con la Policía en el centro histórico de Lima, lo que elevó a 65 el número total de víctimas mortales reportadas desde que en diciembre pasado comenzaron las protestas antigubernamentales en el país.
Tras conocerse la muerte de Santisteban, el Ministerio del Interior expresó sus “más profundas condolencias” a sus familiares y anunció que el caso está siendo investigado por la División de Homicidios de la Policía Nacional, junto con el Ministerio Público.
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