El hallazgo se produjo durante una expedición de investigadores internacionales en el marco del proyecto “Montes submarinos”, que lleva adelante la FCD en colaboración con el Parque Nacional Galápagos (PNG) y varios institutos de investigación internacionales.
Los quelpos son algas pardas, famosas por alcanzar tamaños muy grandes y que en altas densidades forman bosques marinos que se asemejan a arrecifes de coral o manglares, explicó la FCD sobre la base de una publicación aparecida en noviembre pasado en la revista especializada “Marine Biology”.
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La Fundación Charles Darwin agregó que este tipo de bosques “son muy importantes para el mantenimiento de la biodiversidad marina, ya que ofrecen protección y alimento a muchas especies”.
Bosques de quelpos de aguas frías
Como los quelpos son especies de aguas frías, la mayoría de estos bosques se encuentran exclusivamente en regiones templadas o polares, así como en zonas costeras poco profundas por su necesidad permanente de luz.
Sin embargo, “el bosque de quelpos hallado en la Reserva Marina de Galápagos está situado en una región tropical y a más de 50 metros de profundidad”, se precisó en el estudio.
En 1934 ya se encontró una especie de quelpo tropical llamado “Eisenia galapagensis”, el alga más grande registrada en la región insular, pero se le había observado escasamente, por lo que fue declarada “en peligro de extinción” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
“Es la primera vez que se documenta un bosque de quelpos tan extenso y denso en esta zona de Galápagos y a estas profundidades. Lo que encontramos parece muy diferente de la especie de alga Eisenia galapagensis, ya conocida en esta zona, ya que tiene casi el doble de tamaño”, indicó Salomé Buglass, de la FCD y líder de la investigación.
Bosques de quelpos de especie diferente
“Podemos pensar que es posible que se trate de una especie diferente y potencialmente nueva para la región”, añadió Buglass.
La investigadora remarcó que “saber que hay bosques marinos repletos de vida que desconocíamos, a tan sólo 50 metros de profundidad, nos sirve de recordatorio de lo poco que sabemos sobre la biodiversidad marina en zonas profundas y lo mucho que queda por explorar, descubrir, aprender y proteger”.
Claves en el ecosistema
“A pesar de su enorme importancia como ingenieras del ecosistema y como sustento de la fascinante vida marina de las Islas Galápagos, las macroalgas de Galápagos son las grandes olvidadas de los ecosistemas marinos del archipiélago”, señaló por su parte María Altamirano, investigadora de la Universidad de Málaga (España) y colaboradora del proyecto.
Para ella, “este descubrimiento brinda una oportunidad de visibilizar los importantes servicios ecosistémicos que ofrece este grupo de organismos, como hábitat de otras especies y como secuestradores de carbono a zonas profundas”.
Las Galápagos, a unos 1.000 kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, están formadas por 13 islas grandes, 6 menores y 42 islotes, con una superficie terrestre de unos 8.000 kilómetros cuadrados y 138.000 de reserva marina.
En 1978, la Unesco declaró como Patrimonio Natural de la Humanidad a estas islas que deben su nombre a las tortugas gigantes que las habitan.
Galápagos inspiró a Darwin
Además, por su rica biodiversidad son consideradas como un laboratorio natural que inspiró al científico inglés Charles Darwin a elaborar su teoría sobre la selección natural de las especies.
Se calcula que este archipiélago del suroeste del océano Pacífico alberga a más de 7.000 especies endémicas y nativas, muchas de ellas consideradas únicas en el planeta.