El contenido que fomente de alguna forma el causarse cualquier tipo de daño físico se convertiría así en un nuevo delito tipificado en el Reino Unido.
Las acciones por la normativa iniciaron desde Boris Johnson y se llevan impulsando de forma infructuosa desde hace más de un año. Responde en buena medida al caso de la adolescente Molly Russell, que causó una fuerte convulsión en la sociedad británica.
Lea más: La página web del parlamento europeo víctima de un ciberataque
Un juez forense dictaminó el pasado mes de septiembre que el contenido de diversas redes sociales jugó un papel relevante en aquel sonado caso.
La adolescente, que utilizaba aplicaciones como Instagram y Pinterest, sufrió “efectos negativos a raíz del contenido” que recibía a través de internet, según determinó el juez forense Andrew Walker.
La ministra británica del Digital, Cultura y Medios, Michelle Donelan, declaró que el proyecto de ley será reforzado con ese delito para “asegurarnos de que estos actos viles desaparecen”.
“Estoy decidida a que estos troles abominables que animan a los jóvenes y vulnerables a autolesionarse sean llevados ante la justicia”, señaló Donelan, según la BBC.
Lea más: CNN desactiva sus páginas de Facebook en Australia por una ley antidifamación