La UE encara la COP27 haciendo equilibrios por la crisis energética

Bruselas, 7 nov (EFE).- La Unión Europea encara la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27 que se celebra en Sharm el Sheikh (Egipto) haciendo equilibrios para conciliar medidas que le acerquen a sus metas climáticas y la respuesta de urgencia a la crisis energética.

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El club comunitario se ha lanzado con el estallido de la guerra rusa en Ucrania a buscar nuevos proveedores de los combustibles fósiles de los que se quiere desprender a medio plazo, mientras se afana por sacar adelante las normativas que dan forma a los compromisos alcanzados en el marco del Acuerdo de París.

La presidenta de la Comisión Europea, Urusula von der Leyen, participará en los actos de apertura, y después, la delegación comunitaria -encabezada por el vicepresidente para el Pacto Verde, Frans Timmermans- llega con el mandato de negociación pactado por los Veintisiete en una reciente reunión de los ministros de Energía en Praga.

Así, la UE encara esta "COP de la implementación", como ha sido bautizada por la presidencia egipcia, con el objetivo de hacer "todo lo posible" para que la tarea de reducir el calentamiento global a 1,5 grados centígrados a final del siglo siga siendo "alcanzable", expresaron fuentes comunitarias en vísperas de la inauguración de la conferencia.

El bloque también buscará acelerar la mitigación y adaptación al cambio climático, perseguirá "soluciones eficaces" para las llamadas "pérdidas y daños" asociados al calentamiento global e intentará convencer a otras potencias para que aumenten sus contribuciones financieras para facilitar las inversiones climáticas de países en desarrollo.

La idea es alcanzar los 100.000 millones de dólares anuales y la UE quiere hacer gala de su papel de donante principal (el año pasado la aportación del club fue de unos 23.000 millones de euros), pero esta capacidad de liderazgo puede verse debilitada con respecto a la COP de hace un año.

Desde entonces, la UE ha aumentado su consumo de carbón con la reapertura o prolongación de la vida de algunas centrales: la Agencia Internacional de la Energía (AIE) calculaba en julio que el bloque incrementará un 7 % la quema de carbón en 2022, que se sumará al crecimiento del 14 % registrado en 2021.

"¡La era del carbón está llegando a su fin!", proclamaba Timmermans hace justo un año desde el Parlamento Europeo, pocos días después del acuerdo alcanzado en la COP26 de Glasgow pero meses antes de la guerra que ha trastocado los planes energéticos del continente.

También se han lanzado las autoridades comunitarias a sustituir el gas natural ruso por las compras de este hidrocarburo a socios más "fiables" como Estados Unidos, Noruega y Argelia, lo que ha reducido el peso de las compras de gas ruso del 40 % previo a la guerra al 9 % actual.

Bruselas defiende que "son medidas a corto plazo para garantizar la seguridad de suministro" que entienden "la mayoría de los socios internacionales", según expresó la semana pasada un portavoz comunitario, antes de reconocer que el club tendrá que "recuperar el terreno perdido" durante la segunda mitad de esta década.

El vehículo para conseguirlo sigue siendo su hoja de ruta 'Objetivo 55' o 'Fit for 55' en inglés, un paquete de más de una decena de proyectos legislativos que el Ejecutivo comunitario presentó en julio de 2021 para conseguir reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero un 55 % al final de la década.

Desde su publicación, el Parlamento Europeo y los Estados miembros sólo han conseguido un acuerdo político sobre la normativa que prohibirá la venta de vehículos nuevos de combustión a partir de 2035 (la pasada semana), pero los equipos negociadores trabajan para sacar adelante otros proyectos antes de que finalice el año.

La UE avanza, por ejemplo, en proyectos como la reforma del sistema de comercio de emisiones (ETS), en la elevación de los objetivos nacionales de recorte de emisiones para 2030, el mecanismo de ajuste en frontera por carbono, la revisión de las directivas de renovables y de eficiencia energética o la normativa sobre cambio del uso de la tierra y silvicultura (LUCUCF).

"La UE sigue su camino, mantenemos nuestra ambición, no hay retrocesos en absoluto", enfatizan las fuentes de cara a la COP27 en Sharm el Sheikh.

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